Jueves, 25 de Abril del 2024
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Pozos y Bombas Extractoras secan Río en Reserva de Yotoco

Publicado el 21/10/14

yotoco

Bogotá D. C. – Así lo determinan investigadores de la U.N. quienes atribuyen la preocupante sequía a los agricultores y a la falta de control de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC).

El río de la Reserva Nacional Forestal Bosque de Yotoco es hoy una carretera improvisada que amenaza la diversidad de especies animales y vegetales protegidas por la Universidad Nacional, en un área de 559 hectáreas.

En consecuencia, la amenaza de sequía del río Yotoco recae sobre once especies de peces, más de 25 de aves migratorias y alrededor de 16.000 pobladores del municipio.

Asimismo, este relicto de bosque premontano, custodiado por la Universidad Nacional de Colombia desde hace más de 60 años, alberga el 10,7 % del total de aves del país, una población de aproximadamente 1.000 monos aulladores y cerca de 19 especies de anfibios.

Como si fuera poco, este ecosistema es responsable de proveer agua a los 16.000 habitantes del municipio de Yotoco, puesto que en su espesura vegetal tiene más de 42 nacimientos que forman las quebradas Negrito, Guadualito y Guabal, las cuales dan origen al principal afluente del municipio.

Entre su diversa fauna merodean también más de 62 individuos de la esquiva pava caucana (Penelope perspicax), ave que se encuentra en peligro de extinción.

El profesor Carlos Jaramillo, director del Grupo de Investigación de la Reserva Nacional Forestal Bosque de Yotoco, señala que “estos nacimientos se encargan de mantener un caudal promedio de 130 litros por segundo mensual, cantidad suficiente para suplir las necesidades hídricas de la población, con algunas restricciones de uso entre julio y septiembre”.

Carretera improvisada

Sin embargo, actualmente el río atraviesa la peor crisis de su historia. Por donde hace diez años corrían más de 600 metros cúbicos de agua pura por hora, hoy los pobladores han improvisado una carretera para comunicarse con la zona media del municipio, pues no corre ni una gota por el cauce.

En un recorrido de más de dos kilómetros, UN Periódico constató que el principal lecho de este municipio está muriendo de sed. Las únicas fuentes que se encuentran son pequeños pozos convertidos en focos de vectores infecciosos, causados por las aguas residuales que depositan los habitantes ribereños.

La crítica situación ha obligado a las autoridades locales a declarar este afluente en alerta amarilla por el desabastecimiento que están viviendo los pobladores del municipio. Según Flor María Torres, habitante de la zona, a diario hay cortes del servicio de hasta seis horas.

Así, los investigadores, basados en recorridos exploratorios y en análisis de calidad, atribuyen la sequía a la mala distribución y control del recurso hídrico. Según indican, “el bosque en época de calor extremo continúa produciendo la misma cantidad de agua, como para que, primero, haya suspensión del líquido y, segundo, no esté corriendo por el cauce”.

Del total de agua que produce la Reserva el 80 % es capturada por Acuavalle (la empresa que administra el líquido en el Valle del Cauca), para la distribución en Yotoco. Sin embargo, el 20 % que debería continuar río abajo desaparece en apenas tres kilómetros de recorrido, dejando seca la parte inferior. Este porcentaje es utilizado para regar cultivos de caña de azúcar y maíz, así como para alimentar porcinos y aves de granja.

“En varias observaciones hemos encontrado pozos y bombas extractoras en la parte media del afluente, que están dejando sin agua la parte baja. Ello muestra que Acuavalle no está haciendo una buena distribución del recurso hídrico”, enfatiza el profesor Jaramillo.

En el estudio, los investigadores hallaron nueve especies nativas de peces y dos introducidas: el ‘corroncho’ (Hypostomus hondae) y el ‘pez guppy’ (Poecilia reticulata).

“Su presencia es el resultado de actividades en pro de la preservación de la Reserva, pero de continuar con la sequía podrían dejar de existir”, asegura Christian Javier Villamil Posso, ingeniero ambiental de la U.N. Sede Palmira.

Según el docente Carlos Jaramillo, los peces migran localmente (en particular, la sabaleta y el bocachico) entre la laguna de Sonso y el río Cauca. Tal migración se está viendo alterada, pues existe un caño de aguas negras en la desembocadura del río Yotoco y falta el agua que corta el cauce.

“Al no poder cumplir su ciclo natural comienzan a perderse. Además disminuye el hábitat específico, dado que en vez de disponer de 15 kilómetros para reproducirse, tienen solo dos, lo que los hace más vulnerables a depredadores, a presentar problemas de oxígeno por la sobrepoblación y a disminuir el número de individuos”, afirma el investigador.

Calidad del agua en jaque

Pero la sequía de la parte baja no es la única barrera. La bocatoma de Acuavalle es otro de los obstáculos que influyen en el aislamiento geográfico entre las mismas especies.

“Se está realizando un estudio de marcadores moleculares para conocer si las poblaciones de la parte alta difieren de las de la baja. Se ha encontrado parcialmente que no se comunican entre sí y que se están separando”, afirma el experto.

En resumen, la calidad del agua también está en jaque por los residuos agropecuarios vertidos en la zona media de la cuenca. Otro estudio realizado sobre macroinvertebrados acuáticos revela que después de que el líquido sale de la Reserva, su calidad disminuye.

Adicionalmente hace un llamado de atención a la CVC para que cumpla sus funciones de protección, regulación y control.

 “A pesar de tener todas las herramientas necesarias para actuar en lo relacionado con cobertura vegetal y concesiones, esta corporación muchas veces no evita que la situación empeore. La idea es que haga revisiones periódicas para prevenir las extracciones ilegales, que regule las concesiones de agua así sean legales y que le dé prioridad al consumo humano”, concluye el experto.



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