Jueves, 28 de Marzo del 2024
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Hayasgo cementerio de los filisteos en Israel

Publicado el 12/07/16

El descubrimiento en el sur de Israel de un cementerio filisteo, el pueblo de la antigüedad al que perteneció Goliat, está empezando a desvelar los secretos de esta civilización desaparecida hace 2.600 años, pero de la cual existen numerosos testimonios en textos egipcios, hebreos y asirios.

El enorme lugar de enterramiento, datado hace unos 3.000 años, fue localizado en 2013 en la ciudad costera de Ashkelón, pero sus resultados empiezan a salir ahora a la luz después de dos años de excavaciones, un yacimiento investigado en su conjunto desde hace tres décadas.

 El descubrimiento en el sur de Israel de un cementerio filisteo, el pueblo de la antigüedad al que perteneció Goliat, está empezando a desvelar los secretos de esta civilización desaparecida hace 2.600 años, pero de la cual existen numerosos testimonios en textos egipcios, hebreos y asirios.

El enorme lugar de enterramiento, datado hace unos 3.000 años, fue localizado en 2013 en la ciudad costera de Ashkelón, pero sus resultados empiezan a salir ahora a la luz después de dos años de excavaciones, un yacimiento investigado en su conjunto desde hace tres décadas.

“No se había encontrado antes un ejemplo sistemático que reflejara lo que pensaban los filisteos acerca de la muerte y cómo trataban a sus muertos. Realmente podemos anunciar que hemos localizado el primer cementerio filisteo”, explicó en una rueda de prensa Daniel Master, profesor del Wheaton College y responsable de la excavación desde el 2007.

El descubrimiento sin precedentes permitirá a los arqueólogos no solo estudiar las prácticas de enterramiento de este pueblo por primera vez, sino también conocer mejor las características y costumbres que lo diferenciaban de sus coetáneos e indagar en sus orígenes. Porque si bien su existencia es conocida desde siempre, los filisteos no dejan de ser aún uno de los grandes enigmas de la antigüedad, hasta el punto que los estudiosos debaten desde hace décadas sobre su procedencia.

El camposanto, datado entre los siglos XI y VIII a. C., podría apoyar la teoría de que los filisteos migraron a las costas del antiguo Israel desde una región situada al oeste, probablemente el mar Egeo, alrededor del siglo XII a. C.

Hasta la fecha, excavaciones realizadas en lugares como Ashdod, Ekron, Ashkelón, Gath (ciudad del mítico Goliat) o Gaza –las cinco urbes importantes de este pueblo– han revelado cómo eran culturalmente y cómo se diferenciaban de los pueblos canaaneos e israelitas, que los consideraban sus “archienemigos”, constata Master.

“Hemos tratado de comprender su desarrollo temprano en el siglo XIV a. C., cuando llegaron por primera vez a Ashkelón. Hemos desenterrado sus casas, sus redes comerciales y todos los aspectos de su cultura, pero la parte más emocionante ha sido el cementerio”, explica el arqueólogo.

La importancia del cementerio radica en su gran tamaño y en que estaba directamente conectado con una de las grandes y conocidas ciudades filisteas, Ashkelón, que era además su principal puerto marítimo. Hasta la fecha se han encontrado los restos bien conservados de 210 individuos enterrados, “lo que permite hablar del grupo como población”.

Sus cuerpos aparecieron en tumbas o nichos comunes y algunos de ellos fueron sepultados con objetos como joyas, pequeñas vasijas de aceite, flechas o brazaletes.

“No se había encontrado antes un ejemplo sistemático que reflejara lo que pensaban los filisteos acerca de la muerte y cómo trataban a sus muertos. Realmente podemos anunciar que hemos localizado el primer cementerio filisteo”, explicó en una rueda de prensa Daniel Master, profesor del Wheaton College y responsable de la excavación desde el 2007.

El descubrimiento sin precedentes permitirá a los arqueólogos no solo estudiar las prácticas de enterramiento de este pueblo por primera vez, sino también conocer mejor las características y costumbres que lo diferenciaban de sus coetáneos e indagar en sus orígenes. Porque si bien su existencia es conocida desde siempre, los filisteos no dejan de ser aún uno de los grandes enigmas de la antigüedad, hasta el punto que los estudiosos debaten desde hace décadas sobre su procedencia.

El camposanto, datado entre los siglos XI y VIII a. C., podría apoyar la teoría de que los filisteos migraron a las costas del antiguo Israel desde una región situada al oeste, probablemente el mar Egeo, alrededor del siglo XII a. C.

Hasta la fecha, excavaciones realizadas en lugares como Ashdod, Ekron, Ashkelón, Gath (ciudad del mítico Goliat) o Gaza –las cinco urbes importantes de este pueblo– han revelado cómo eran culturalmente y cómo se diferenciaban de los pueblos canaaneos e israelitas, que los consideraban sus “archienemigos”, constata Master.

“Hemos tratado de comprender su desarrollo temprano en el siglo XIV a. C., cuando llegaron por primera vez a Ashkelón. Hemos desenterrado sus casas, sus redes comerciales y todos los aspectos de su cultura, pero la parte más emocionante ha sido el cementerio”, explica el arqueólogo.

La importancia del cementerio radica en su gran tamaño y en que estaba directamente conectado con una de las grandes y conocidas ciudades filisteas, Ashkelón, que era además su principal puerto marítimo. Hasta la fecha se han encontrado los restos bien conservados de 210 individuos enterrados, “lo que permite hablar del grupo como población”.

Sus cuerpos aparecieron en tumbas o nichos comunes y algunos de ellos fueron sepultados con objetos como joyas, pequeñas vasijas de aceite, flechas o brazaletes.

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