Jueves, 25 de Abril del 2024
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Júpiter y sus Preciosas manchas Rojas

Publicado el 29/07/16

Parece que Júpiter es el planeta de moda este año. Pocos días después de que la sonda Juno, de la Nasa, llegó a su encuentro con el planeta más grande del vecindario, la prestigiosa revista científica Nature publica nuevos e interesantes hallazgos sobre el gigante gaseoso.

Un equipo de investigadores ha estado estudiando la Gran Mancha Roja, una estructura visible en la atmósfera del planeta, descubierta hace cerca de cuatro siglos, que ha intrigado por años a los científicos.

La enorme “cicatriz” de color rojizo, que puede verse con telescopios de aficionados, es una tormenta con vientos de hasta 500 kilómetros por hora, con un tamaño comparable a tres veces el de la Tierra.

El remolino está en constante evolución y las observaciones muestran que se está encogiendo paulatinamente, aunque no hay detalles sobre por qué ha logrado permanecer tanto tiempo en la vigorosa atmósfera joviana, ni pistas sobre cuándo dejará de existir.

El nuevo estudio, liderado por James O’Donoghue, de la Universidad de Boston, se basa en observaciones hechas desde un telescopio de tres metros de diámetro de la Nasa, ubicado en el Observatorio de Mauna Kea, en Hawái.

Este instrumento, que puede tomar datos en luz infrarroja, fue usado por los investigadores para estudiar la temperatura de la parte superior de la atmósfera de Júpiter y, en particular, la que está justo sobre la Gran Mancha Roja.

Los análisis concluyeron que la temperatura de las capas altas de la atmósfera en esa área son cientos de veces superiores a las que pueden medirse en cualquier otra parte del planeta.

Se sabía que la temperatura en las regiones polares es bastante elevada (de unos 1.000 grados centígrados), y que eso se relaciona con el intenso campo magnético que atrapa partículas eléctricamente cargadas y que genera espectaculares auroras, cientos de veces más energéticas que las de la Tierra.

Además, la gran velocidad de rotación de Júpiter, que da una vuelta sobre sí mismo cada 10 horas, hace que la energía quede atrapada en regiones de latitudes altas, es decir que no puede llegar y calentar regiones de latitud media y baja (cerca al ecuador). Esto hace que la altísima temperatura que justo ahora se ha detectado sobre la Gran Mancha Roja (que habita una región cercana al ecuador de Júpiter) no pueda ser explicada por flujos de calor que vengan desde las calientes zonas aurorales.

La razón debe estar entonces en procesos de calentamiento que se originan justo debajo, en las capas inferiores de la atmósfera, es decir que el enorme remolino puede ser el motor que calienta todo el gas que se encuentra sobre él; en palabras de los autores, “la fuente de calor en las partes altas de la atmósfera reside en las ondas acústicas generadas en la parte baja de la atmósfera”.

La clave puede estar en la turbulencia, las llamadas ondas acústicas que perturban el ambiente, comprimiéndolo y calentándolo. La turbulencia es uno de los mecanismos físicos más complejos, siendo un importante protagonista en la descripción de lo que sucede, por ejemplo, en la atmósfera de nuestro planeta y en los fluidos (líquidos y gases) en general.

Para entender el proceso con un ejemplo cercano, pensemos en el caso de huracanes, tsunamis o erupciones volcánicas en la Tierra. Estos fenómenos pueden generar turbulencias y, por tanto, perturbaciones (ondas acústicas) que podrían inducir calentamiento en el aire.

Seguramente los resultados de las investigaciones de la sonda Juno podrán dar claridad y más detalles sobre el proceso de calentamiento de esta enigmática mancha rojiza de Júpiter.

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