Viernes, 29 de Marzo del 2024
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En el 90% de casos de abuso a menores ocurren en el hogar

Publicado el 09/12/16

En ocasiones los monstruos que irrumpen en las pesadillas de los niños sí se esconden debajo de sus camas. En el 90 % de los casos de abuso sexual a menores, explica la intendente María Eugenia Pozú, quien lleva años investigando violaciones, los agresores están en el hogar: padrastros, tíos, primos, padres, vecinos o amigos de la familia. Lea también: Solo el 6 % de las denuncias de abuso a menores reciben condena

La tragedia que conmocionó esta semana al país: la violación y asesinato de Yuliana Andrea Samboní, de 7 años, hace parte de ese 10 %. Su presunto agresor, Federico Uribe Noguera, no tenía contacto con la menor. Aunque había rondado, según las autoridades, el barrio en otras ocasiones.

El intendente de la Policía Rafael Solís, capturado en agosto pasado en Tuluá, tampoco conocía a la niña a la que presuntamente violó. Según la Fiscalía, el 12 de julio de 2014, este hombre “habría engañado a su víctima al ofrecerle dinero a cambio de botar unos escombros, para llevarla hasta el sitio donde se registró la violación”.

El uniformado fue capturado en agosto pasado y un juez lo envió a la cárcel.

Dos meses después, un hombre de 52 años fue capturado en el barrio La Sultana por agredir sexualmente a una niña de 11 años. La menor fue abordada por el agresor a las afueras de una institución educativa, la amenazó y se la llevó a un lugar desolado, donde la amarró y abusó de ella.

Este año, según cifras de la Policía, han sido capturados en Cali 131 personas por delitos relacionados con abuso sexual a menores. Solamente, entre enero y mayo pasado, a la regional de Bienestar Familiar ingresaron 341 menores víctimas de abuso sexual a un proceso administrativo para el restablecimiento de sus derechos.

El director del Instituto Nacional de Medicina Legal, Carlos Valdés, expresó su preocupación por el aumento de denuncias de abuso sexual a menores. “El Valle del Cauca está ocupando el segundo lugar después del departamento de Antioquia. El tercer lugar lo ocupa Bogotá”, explicó.

El año pasado la regional Valle de Medicina Legal realizó 1937 dictámenes de menores víctimas de abuso sexual.

En Cali, las autoridades reciben diariamente un promedio de entre tres a cinco denuncias por abuso sexual. Para investigar estos casos, hay once fiscales. Sin embargo, cada uno de estos funcionarios tiene un promedio de 300 procesos por resolver.

Los agresores son conocidos

La capitán Marcela Narváez, comandante de la Policía de Infancia y Adolescencia de la Metropolitana de Cali, coincide en que la mayoría de los agresores son personas cercanas al hogar de los pequeños.

“Son de su círculo familiar o cercano. Ellos en muchos casos se ganan la confianza de los niños dándoles regalos o jugando con ellos. Y después les realizan tocamientos. Estas personas les hacen creer a los niños que eso es normal o en otros casos los amenazan para que no cuenten. Les dicen que le matan a la mamá”, agregó la capitán.

En agosto pasado la Sijín capturó en el barrio La Rivera a un tecnólogo sindicado de abusar de la hermana de 8 años de su esposa. Este hombre amenazaba a la niña: si decía algo, a ella se la llevaban a Bienestar Familiar. Ese mismo mes arrestaron a un hombre que durante cuatro año abusó de su hijastra, de 10 años.

“En esa ocasión la mamá se enteró y denunció, pero hay otros casos en los que las mujeres no denuncian por miedo a su esposo o por dependencia económica”, explicó la intendente Pozú.

Este año capturaron a un técnico en mantenimiento en mecánica industrial de 48 años, sindicado de abusar de su hijastra de 10 años. La niña soportó los abusos durante cuatro años e incluso la obligaba a ver películas porno.

El psiquiatra forense Óscar Díaz, quien trabajó en Medicina Legal, explicó que el abuso sexual a niños se da en todos los estratos sociales, pero que es en las clases bajas donde más se denuncia.

“La experiencia al recibir los pacientes es que los agresores son conocidos de los niños. Es un delito que no respeta estratos sociales, pero en las condiciones de pobreza cuando viven hacinados en cuartos o cuando a los niños les ofrecen cosas hacen que se puedan dar más en estos casos”, explicó el psiquiatra.



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