Minagricultura advirtió que se necesita ‘transformación integral’ del agro, ‘concluya o no’ diálogo.
Aunque el Gobierno se declaró el martes dispuesto a impulsar una “transformación agraria profunda e integral”, evitó pronunciarse sobre la propuesta de las Farc de una reforma para el campo compuesta por 10 puntos y que dieron a conocer desde La Habana el pasado lunes.
Esto mantiene la línea de la Casa de Nariño, en el sentido de que solo los negociadores designados por el presidente Juan Manuel Santos para los diálogos en Cuba se pronuncien sobre las iniciativas que surgen de la mesa.
Así lo dejó claro el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, quien afirmó que no hará “comentarios puntuales” sobre la propuesta de las Farc “porque estos son del resorte de los negociadores”.
No obstante, Restrepo indicó que el propósito del proyecto de ley de tierras y de desarrollo rural es precisamente impulsar el agro como un motor de desarrollo, para que a través de diferentes mecanismos se acorte “la brecha” entre “la ruralidad y la ciudad”.
Es evidente que las propuestas del Gobierno surgen de concepciones distintas de las que plantean las Farc en materia de desarrollo agrario, pero entre las dos iniciativas existen concordancias.
Para el Ejecutivo es “urgente”, y así lo planteó en el proyecto de desarrollo rural que está en consultas con las minorías, dotar a los campesinos de una mayor cantidad de tierra, acompañada de proyectos productivos que garanticen la supervivencia de esta población en el campo.
Esto, según Restrepo, necesariamente implica “una mejor utilización del suelo, lo que significa menor uso de nuestro territorio para ganadería extensiva y más para agricultura”.
El proyecto de desarrollo rural contempla, por ejemplo, el fortalecimiento de la extinción de dominio para que el Gobierno pueda aplicar esta figura cuando no se le dé un buen uso a la tierra o, incluso, por razones de “urgencia”.
Y es que el buen uso de la tierra es precisamente uno de los ejes de la propuesta de las Farc, que -según la guerrilla- se puede implementar a través de mecanismos como “la erradicación del latifundio improductivo, inadecuadamente explotado u ocioso”.
Absalón Machado, investigador del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), aseguró que en este punto “hay coincidencia de muchos sectores de la sociedad colombiana, incluidos empresarios y Gobierno”.
Otro tema en el que se encuentran similitudes entre los planteamientos del Gobierno y las Farc -aclarando que se conciben en forma distinta- es el de las zonas de reserva campesina.
En varias ocasiones las Farc han dicho que esa figura fomenta la economía campesina; y el Ejecutivo, que además comparte ese mismo concepto, la considera como un sistema que “evita la concentración de la propiedad”.
Sin embargo, el ministro Restrepo fue enfático en que “concluyan o no las negociaciones con las Farc, el Gobierno sí cree que Colombia requiere una transformación agraria profunda e integral”.
La propuesta de reforma de los campesinos
Cerca de 400 organizaciones campesinas, agrupadas en la Mesa Nacional de Unidad Agraria, presentaron su propia propuesta de reforma agraria, la cual está en manos del Gobierno desde hace algunos meses. De acuerdo con el texto de esta iniciativa, lo que se pretende es fortalecer la economía campesina, garantizar la soberanía alimentaria y dar apoyo a sus proyectos de desarrollo.
Denuncia en Ecuador
Un alto mando militar de Ecuador dijo ayer que las Farc, desde que se inició el diálogo en La Habana, aumentaron la compra de armas en su país. El general Fernando Proaño le dijo a ‘Efe’ que “desde que se inició el proceso de paz se ha incrementado el tráfico y hemos capturado una gran cantidad de munición y de armamento” de la guerrilla.