Hay un llanto de gaitas diluido en la noche. Y la noche, metida en ron costeño, bate sus alas frías sobre la playa en penumbra, que estremece el rumor de los vientos porteños… (Jorge Artel)
Y no hizo falta la noche, el embrujo de la luna o el fuerte murmullo de las olas. Tampoco hicieron falta las antorchas encendidas alumbrando la penumbra de la orilla, o la canción del boga triste, para que el mandato del tambó impusiera su régimen de cuerpos que se contorsionaban frenéticos bajo el hechizo del llamador, el guache y la tambora.
La cita se dio ayer en la Casa de la Cultura del municipio de Malambo, donde el colectivo denominado Artistas en Formación nos recibió luciendo todas su galas y regalándonos una pequeña demostración del porqué se han hecho merecedores de 5 Congos de Oro en la categoría Mapalé, obtenidos en los años 2004, 2007, 2009, 2010 y 2011.
Este grupo conformado en su mayoría por niños y jóvenes que se renuevan y revitalizan con sangre diferente todos los años abriendo camino a otras generaciones, se encuentran desde hace 18 años bajo la celosa dirección de Yovanny López, fundador y gestor de este sueño.
Actualmente son también los ganadores del Festival del Mapalé versión 2012 en Buenavista, Córdoba; Mejor Grupo Folclórico de Colombia en Ibagué, Tolima, además en su haber llevan unos 240 trofeos obtenidos en diferentes festivales de la región y el país, entre muchas otras distinciones que han logrado desde su formación.
Integrados por 140 bailadores, 10 músicos y un séquito de portaestandartes que acompañan a las 70 parejas en los desfiles, donde grandes y pequeñines sacan afuera el fuego de su raza y el sabor de su casta con su muestra folclórica y cultural que rescata la tradición afrocolombiana para enseñarla en Carnaval.
Este colectivo impulsado por las ganas y el amor a esta gran fiesta del Caribe ha tenido una presencia activa en los carnavales intermunicipales, en los diferentes eventos programados en las festividades de Malambo, la Guacherna, la Batalla de Flores, la Gran Parada, la Tarde de Danzas en Barranquilla donde han prestado su valioso aporte durante 18 años ininterrumpidos.
“La búsqueda ha sido mostrarle a los jóvenes que a través del arte se puede escoger otro camino en la vida. Este es un concepto que se alimenta del arte y el propósito es mostrar la cara positiva del joven malambero”, dijo Yovanny López, su fundador.
El colectivo artístico recibe aportes de la Fundación Carnaval de Barranquilla S.A. y del Instituto de Cultura de Malambo, sin embargo el mismo López asegura que los recursos son escasos para mantener la constante actividad durante todo el año, por ello les toca recurrir a las populares rifas, bingos, paseos y verbenas para obtener más fondos para el sostenimiento del colectivo que tiene como filosofía alejar a los jóvenes de prácticas negativas.
“El grupo me regaló el amor por el Carnaval y por mi Municipio. Estar aquí me ha ayudado a ser responsable con mi vida. Hoy en día tengo un trabajo y estoy por terminar mi carrera”, sostuvo Cindy Romero, exintegrante del grupo y una de las que apoya el proceso de crecimiento del colectivo desde fuera.
“Aquí aprendí de principios, de actitud, aprendí a esforzarme como persona y como mujer. Lo que más me gusta es que en cada presentación podemos sacar el fuego que llevamos dentro escuchando los tambores”, aseguró Johana Pérez quien entró a formar parte del colectivo desde que tenía 8 años.
Para Kevin López este es su proyecto de vida ya que la danza representa la fuerza de sus raíces, las emociones y el poder de sus ancestros. “El Carnaval es la vida, el goce. Cuando suena el tambor la sangre me hierve y una fuerza me recorre el cuerpo”, afirmó Kevin López, hijo del director y comprometido con la misma causa.
¡Cumbia! Mis abuelos bailaron la música sensual. Viejos vagabundos que eran sus negros, terror de pendencieros y de cumbiamberos en otras cumbias lejanas a la orilla del mar… diría el insigne poeta Jorge Artel, con esas palabras que recuerdan el golpe del tambó y el murmullo del mar.