Por primera vez, Marina, la nieta del autor de la célebre pintura Guernica, de Pablo Picasso, puso a la venta dos obras de su fondo privado— las cuales superaron en una subasta organizada en París por la Casa Sotheby’s— unos 6.6 millones de dólares.
La familiar del artista español le dijo al diario Le Figaro, de acuerdo con despacho de la agencia Efe que el dinero lo destinará a asociaciones de ayudas a niños y adolescentes en apuro.
“Planeo vender más en el futuro para dedicarme plenamente a lo humanitario. . Además, ya no tengo ninguna gana de ser vista como su nieta. Realmente ninguna”.
La heredera le aseguró al periódico francés que los cuadros vendidos no tienen para ella “ningún valor sentimental”, y considera que esta venta supone una primera etapa para “pasar la página” y cerrar heridas del pasado.
Ella tenía 22 años cuando Picasso murió en 1973 , y ha necesitado muchos años para librarse de lo que ella denomina la “maldición de Picasso, al que en un libro publicado en 2001 Grand-Pére (Abuelo), acusó de haber olvidado a su familia en pro del arte.
n ese libro llegó incluso a decir: el genio “necesitaba sangre para firmar cada uno de sus lienzos. La sangre de mi padre, la de mi hermano, la de mi madre, la de mi abuela, la mía y la de todos aquellos que, creyendo amar a un hombre, amaron a Picasso”.
“(Su musa) Dora Maar, que murió en la miseria negándose a vender ni uno de los cuadros. (Su amante) Marie-Thérèse Walter, que se suicidó. Olga, mi abuela, lo que yo más quería de Picasso, estrella de los Ballets Rusos de Diaghilev, que abandonó todo por él y acabó su vida ridiculizada. Yo he escapado a esa maldición. Es mi combate”.
Que Picasso siga omnipresente en el mundo del arte cuando se cumple el 40 aniversario de su muerte le hace tener la impresión de que no ha fallecido, y asegurar también que si estuviera vivo en la actualidad, le “encantaría” hacerle frente. Y ella misma va a contribuir a ese aniversario con una exposición prevista a partir del 22 de junio y hasta el 27 de octubre en Cannes, ‘Picasso, le nu en liberté’, con un centenar de obras de su colección que reflejan la presencia recurrente de los desnudos en su trayectoria.