Nacional está en la final.

Nacional clasificó a la final en su ley. Con la irregularidad que lo ha caracterizado durante todo el semestre venció al Pasto 2-1 y, gracias al triunfo de Itagüí 1-0 sobre el Tolima, el elenco verde buscará su estrella número 12 frente al Santa Fe.

Los hinchas regresaron con banderas y la parafernalia que los caracteriza. Había nerviosismo, pero la confianza de que Nacional haría la tarea.

Esa actitud se contagió al campo de juego y los futbolistas verdes salieron con todo el empuje y el fútbol necesario para buscar el objetivo.

Al minuto cinco llegó el gol. Nacional cobró una falta, el balón le llegó a Elkin Calle que centró al área para el cabezazo de Fernando Uribe. El atacante celebró con lágrimas. Para él era desahogarse de la presión. Antes del juego, parecía descabellado que Osorio dejara en el banco a Jéfferson Duque y a Juan Pablo Ángel.

Los hinchas comenzaron a preguntarse qué pasaba en Ibagué. Sin embargo, como ya es costumbre, el elenco verde se relajó y Pasto comenzó a generar riesgo. Producto de esa insistencia llegó el empate (42’), Marquínez aprovechó la pasividad de la defensa local y anotó.

A la tribuna volvió el desespero. El primer tiempo culminó con insultos al cuerpo técnico y a los jugadores. Fue necesario el receso para que Juan Carlos Osorio les jalara las orejas a sus dirigidos y eso se notó al comienzo de la segunda mitad. Nacional salió de nuevo con todo por el resultado para mantenerse con la esperanza de la final y con un remate de Francisco Nájera (47’) la ilusión se materializó.

De ahí en adelante todo fue “un parto”. Los ojos estaban en la cancha del Atanasio, pero los oídos en Ibagué esperando que Tolima no ganara y les arrebatara el sueño de la estrella 12 a los aficionados.

El sufrimiento crecía con el paso de los minutos y con las aproximaciones del Pasto. También, con la incertidumbre y las especulaciones de lo que podía suceder en el resultado del otro partido.

Todo eso terminó cuando Itagüí marcó en Ibagué. En ese momento no fueron sólo las lágrimas de Uribe las que se vieron ayer en el Atanasio, sino que más de uno expresó su alegría de esa manera.

Ese gol era el impulso que Nacional necesitaba para meterse de nuevo en una final.

Aunque Itagüí se metía también en la pelea y esperaba el empate pastuso para soñar con su primer título, ya Nacional dependía de sí para no dejar escapar esa posibilidad.

Ahora, a pesar de la irregularidad, Nacional va por el título y de esa forma compensará tanto sufrimiento