Lunes, 5 de Mayo del 2025
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Continua drama por accidente en España

Publicado el 26/07/13

Una trabajaba en Arlington (EE. UU) y la otra, en Madrid. Ambas viajaban para verse con sus hijos.

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Además de compartir el trágico destino, la historia de las colombianas Ana María de Córdoba y Sara Camila Vélez Fuenmayor tienen otro punto en común: ambas murieron cuando iban camino a visitar a sus hijos en el tren que se descarriló a alta velocidad cerca de Santiago de Compostala, en el norte de España.

Ana María era de origen colombiano pero nacionalizada en Estados Unidos. Vivía en Washington pero estaba en España de vacaciones junto a su esposo Juan Felipe y su hija Cristina. El objetivo del viaje era encontrarse con su otro hijo, quien estaba haciendo el tradicional recorrido religioso conocido como El camino de Santiago.

”Ellos, mi yerno, mi hija y mi nieta viajaron a encontrarse con él para pasar las vacaciones en España. Por eso viajaban desde Madrid a Santiago de Compostela en el tren que se accidentó”, dijo en La W Gustavo, el padre de Ana María, ingeniera civil de 47 años.

“Hace cinco años vivimos en Washington. Desafortunadamente todo colapsó con este accidente tan horrible”, agregó y reveló que ha recibido “todo el apoyo” del gobierno de Estados Unidos para repatriar el cuerpo de su hija y tramitar el regreso de su yerno y su nieta, quienes “se recuperan satisfactoriamente”.

Precisamente, el diario estadounidense ‘The Washington Post’ le dedicó un artículo a Córdoba, quien trabajaba en el departamento de recursos humanos de la Diócesis de Arlington, en Estados Unidos, donde también labora su madre.

Ana María “era una mujer amable y con una gran fe. Es un momento de gran tristeza para los empleados de la diócesis. Rezamos por ella y por su familia”, le dijo a ese diario Michael J. Donohue, vocero de la diócesis de Arlington.

Un vecino de Fairfax County, lugar donde vivía, le dijo también a ese diario que Ana María era “una gran y maravillosa mujer”. “La extrañaremos”, dijo Robert Moulthrop.

El viaje trágico de Sara

La segunda víctima colombiana se llamaba Sara Camila Vélez Fuenmayor, una mujer de 36 años, nacida en el departamento de Antioquia y que se instaló en la capital española hace 15 años, tras graduarse del colegio. Tenía doble nacionalidad.

“Había ido a Santiago a ver a su hija que estaba de vacaciones allá con la familia de su padre. Iba sola en el tren”, dice Soraya Delgado, madrileña y amiga de Vélez Fuenmayor desde que se conocieron, hace ocho años, cuando trabajaban juntas como recepcionistas en un gimnasio. “Era una de mis mejores amigas”, comentó Delgado.

Junto a conocidos y familiares, horas después del suceso, Delgado empezó a buscar a la compañera con la que compartió trabajo durante cuatro años, dejando mensajes y fotografías en las redes sociales.

“Es muy duro. Ella era muy feliz aquí. Habíamos hablado el domingo pasado para quedar (de vernos) esta semana”, dice Delgado con voz sentida.

Sara Camila Vélez Fuenmayor tenía dos hijos, la niña de 11 años que iba a visitar a Santiago y otro niño de tres años. Tenía una microempresa de accesorios y bisutería.

Su hermana y una amiga se desplazaron hasta la capital de Galicia y este viernes, probablemente, trasladarán el cuerpo a Madrid. “Quieren hacer un velatorio aquí y luego llevarla a Colombia”, le contó Delgado a este diario.



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