Sin espectativas 0-0 el primer partido de la final entre Cali y Nacional.

El título del semestre se definirá el próximo domingo a partir de las 5:30 p.m., en Medellín.

Quizá Cali, consciente de lo necesario que era ganar en casa (para contrarrestar la presión de Medellín), inició con demasiado vértigo, con presión, pero poco fútbol. La media distancia fue su fórmula real, la única: Viáfara lo intentó en un tiro libre potente y prematuro (6 minutos) que pasó cerca, y Marín, en otra pelota quieta, con un remate travieso que desvió ‘Neco’ Martínez.
Lizarazo, el llamado a desequilibrar en el verde caleño (que jugó de blanco), estuvo refundido. Y Camacho, algo escondido. No hubo quien desequilibrara para el local. El visitante no arriesgaba y pegaba mucho. La final no convencía, no emocionaba, no se digería fácil.
Se tornó un partido de paciencia. De esperar con optimismo y desespero un instante de brillo, un momento estelar de algún crack. Pero estos estuvieron ausentes.
El negocio fue para el verde antioqueño, al que se le vio poco agresivo. Dejó escondido su arsenal, como conforme con ese empate. Inquietó con un remate de Guisao al final del primer tiempo que desvió Mondragón.
Los minutos corrían, pero a falta de emociones se hacían eternos. Cali se acercó un poco más: tuvo un remate cruzado de Sergio Romero que desvió ‘Neco’, el arquero que minutos después casi entrega la derrota al perder un balón con Romero y rescatarlo casi en la línea de gol.
La final deslució. Fue un 0-0 aburrido, desconcertante, que tendrá su revancha el domingo. Por ahora, la final dejo un sabor muy amargo.

Informacion Eltiempo.com