Novak Djokovic volvió a ganarse todos los aplausos de los aficionados que asisten al Roland Garros, no por la forma de jugar al tenis sino por su particular forma de ser.
El tenista serbio, exnúmero uno del mundo y segundo favorito al título en París, sorprendió al público cuando hizo que uno de los recogebolas se sentara a su lado, en medio de una pausa debido a la lluvia.
Djokovic hizo el trabajo del joven, le sostuvo la sombrilla, le entregó su raqueta, habló con él e incluso compartió una de sus bebidas con las que brindaron.
El recogebolas, visiblemente asombrado, quiso devolverle su bebida, pero Nole permitió que se quedara con ella antes de la despedida.
Informacion Elcolombiano.com