Al cumplirse 15 años del asesinato del humorista Jaime Garzón (13 de agosto de 1999), a manos de sicarios en una calle de Bogotá, cuando se dirigía a su trabajo a la sede de Caracol radio, la Fiscalía ata nuevos cabos para evitar que el episodio quede en la impunidad.
Una vez más, en ente investigador fija su lupa en funcionarios de las Fuerzas Armadas y llama a rendir versión libre al general retirado Rito Alejo del Río, quien purga pena de prisión por un episodio violento ejecutado en la región del Atrato chocoano.
Al momento del crimen Del Río era el jefe del coronel (r) Jorge Eliécer Plazas Acevedo, capturado la semana pasada, quien se desempeñaba como jefe de Inteligencia de la Decimotercera Brigada del Ejército.
El vicefiscal Jorge Perdomo aseguró a Colprensa que “serán llamadas a versión libre varias personas, entre ellas el general Del Río, quien siendo el superior jerárquico, en su momento, del coronel Plazas Acevedo diga qué sabe o qué puede conducir al respecto”.
La Fiscalía también escuchará las declaraciones del jefe paramilitar Diego Fernando Murillo, preso en E.U., quien habló del tema dentro de Justicia y Paz; el mayor retirado de la Policía Nacional, Mario Duarte, quien habría entregado información clave al coronel Plazas sobre los movimientos del periodista, y María Amparó Arroyave, considerada eslabón perdido dentro de esa investigación.
Además de Plazas, en la Fiscalía también avanza el proceso contra el exsubdirector del DAS José Miguel Narváez, entonces profesor de la Escuela Superior de Guerra; quien fue acusado como determinador del homicidio, al establecerse que en su condición de asesor de los miembros de las Auc y hombre de confianza del extinto jefe paramilitar Carlos Castaño, instigó el asesinato.
El humorista Garzón, abogado y pedagogo, ganó gran popularidad por su trabajo en diferentes medios de comunicación, desde los que satirizaba a los más importantes personajes de la vida política nacional, artistas, deportistas y empresarios.
Además de su trabajo como humorista, por su contacto con altos personajes de la vida nacional, Garzón cumplió un papel de negociador de paz, contactándose con la guerrilla de las Farc para mediar por la liberación de algunos secuestrados, actividad que le fue cuestionada por las Auc y que sería uno de los detonantes de su muerte.