Varias de las sugerencias de Luis Díaz Robles, profesor de ingeniería química y ambiental de la Universidad de Chile, fueron tenidas en cuenta por las autoridades durante la pasada Copa América en Santiago, decretando la emergencia ambiental para que los visitantes tuvieran pocos inconvenientes con la polución.
Díaz Robles recordó a EL COLOMBIANO que alertó sobre los riesgos de salud que tendrían los visitantes en cuestiones respiratorias y pérdida de capacidad aeróbica, producto de la alta huella de carbono y “eso fue clave para prevenir problemas graves, gracias a que se activó el plan metropolitano de episodios críticos, que permitió contar con un mejor aire pese al material particulado”.
Aún así, el juez colombiano Wílmar Roldán, quien pitó la final entre Chile y Argentina el 4 de julio en el estadio Nacional, reconoció que “el esmog sí afectó, porque en Santiago nos ardían los ojos, el ambiente se sentía pesado para respirar y los dolores de cabeza fueron fuertes”.
Puede que sea un simple dato estadístico, pero “la menor eficiencia en los partidos por la contaminación atmosférica que tenemos en Santiago”, que había pronosticado Luis Díazdesde la Universidad de Santiago, puede tener relación con el hecho de que el certamen realizado en territorio austral fue el segundo más discreto en goles de los últimos 16 años, con apenas 59 tantos conseguidos en los 26 partidos, superando solo a Argentina-2011 (54 anotaciones) y quedando por debajo de Paraguay-99 (74), Colombia-2001 (60), Perú-2004 (78) y Venezuela-2007 (86).
El Ministerio del Medio Ambiente de Chile, con su titular Pablo Badenier Martínez, publicó, a través de la Oficina de Cambio Climático, las consecuencias generadas en los últimos años en Santiago por ser la ciudad más contaminada de Suramérica.
Y debido a que antes y durante el certamen ganado por Chile los niveles Icap (Índice de calidad del aire por partículas) estuvieron cerca del margen -300 a 499- y las emisiones de Gei (gases de efecto invernadero) y de CO2 (dióxido de carbono) no rebajaron, las autoridades actuaron.
Claudio Benjamín Orrego Larraín, intendente Región Metropolitana de Santiago, confirmó en la prensa que habilitaron vías exclusivas para el transporte público, prohibieron el 40 por ciento de la circulación vehicular, restringieron actividad física al aire libre, no permitieron asados con leñas ni la calefacción y determinaron que 924 empresas suspendieran algunas actividades para que los deportistas tuvieran menos problemas con la polución.
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