Con los atentados de París, que sumaron más de 120 muertos y 352 heridos, el Estado Islámico (EI) tiene objetivos que superan la sevicia: por un lado, advierte a Occidente sobre el tamaño de su operación y extiende con violencia la fuerza de su brazo armado; por otro, fatiga las formas del terrorismo y se consagra al cultivo de una semilla imperecedera: el miedo. La expresión propia de ese miedo, en un nivel gubernamental, se expresó el día de los atentados cuando el presidente francés, François Hollande, declaró el estado de emergencia en el país: palabras más, palabras menos, con esta declaración las autoridades de todo el país tienen derecho a restringir la circulación y las libertades de sus ciudadanos. El miedo anida entre la ciudad sitiada: en un video de 2014, el Estado Islámico advertía, sin cubrirse los rostros, que los franceses tendrían miedo incluso “de hacer compras”. Por su parte, han cumplido de manera macabra con asesinar a cientos de civiles; el Estado, a su vez, ha respondido con el encierro y el aumento de la seguridad.
En esa tarea, en los últimos días las agencias de seguridad le han puesto rostro a los implicados en los atentados de París. Son cerca de trece (el número de quienes dispararon en los cafés es inexacto) y están todos incriminados de manera directa en la ejecución de los atentados; el origen real de sus objetivos y de sus ambiciones desmedidas es, en realidad, desconocido. Es posible saber quién pone la bomba y dónde, pero resulta más oscuro el origen de la voluntad para instalarla. Hasta ahora, las agencias de seguridad francesas se han centrado en saber quiénes son, de dónde vienen y por qué ciertos lugares en Europa se han convertido, poco a poco, en centros de adoctrinamiento para extremistas.
Fueron tres los ataques simultáneos en París: en el teatro Bataclan, en el Estadio de Francia (donde se disputaba el partido de Francia contra Alemania) y los tiroteos en cuatro restaurantes y cafés (entre ellos Le Carillon y Le Petit Cambodge). ¿Quiénes fueron los atacantes y qué sugiere su origen?
Bataclan
Tres tiradores entraron a la sala principal del teatro, donde se presentaba la banda estadounidense The Eagles of Death Metal, y dispararon de manera indiscriminada. 89 personas murieron. De los tres atacantes, dos accionaron sus chalecos suicidas cuando la policía ingresó al recinto, pasada la medianoche, y el otro fue abatido por la Policía.
Ismaël Omar Mostefaï: Francés de 29 años. Estuvo en Siria. Mostefaï había sido reseñado, de acuerdo con el diario Le Monde, por “riesgo de radicalización islamista”. En 2013 entró en Turquía, pero no hay reporte de su salida de ese país.
Samy Amimour: Francés de 28 años. Estuvo en Siria. Era investigado desde 2012 por sus supuestos vínculos con actividades terroristas. Su padre contó en Le Monde que había tratado de convencerlo de que volviera de Siria, a donde había llegado en 2013. Fue señalado en 2012 por su pretensión de viajar a Yemen.
El tercer tirador no ha sido identificado.
Estadio de Francia
Tres hombres se hicieron explotar con chalecos bombas en las cercanías del estadio y de acuerdo con un testimonio recogido por un diario estadounidense, por lo menos uno de ellos habría tratado de entrar al estadio. El primer ataque sucedió a las 9:20 de la noche, de acuerdo con The New York Times, y los siguientes a las 9:30 y 9:53.
Ahmad al-Mohammad: El primer militante que se hizo explotar dejó, de acuerdo con las autoridades, un pasaporte en el que aparece con este nombre, aunque la autenticidad del documento ha sido debatida. Allí se identifica a un hombre de 25 años, sirio, que había cruzado hacía un mes por la isla griega de Leros y por Serbia. Según Le Monde, habría pedido refugio en Serbia y luego escapó hacia Hungría.
Bilal Hadfi: Francés de 20 años. Según la agencia EFE, el año pasado abandonó Bruselas (Bélgica) para marcharse a Siria. El New York Times reseña una de sus publicaciones recientes en Facebook: “Esos perros están atacando a nuestros civiles en todo lugar. Golpéenlos en su comunidad de cerdos para que no se vuelvan a sentir seguros”.
El tercer atacante no ha sido identificado.
Cafés y bares
39 personas murieron en cuatro tiroteos en cafés y bares en el centro de la ciudad. Un número inexacto de tiradores, que escaparon, ejecutaron tres de los ataques. Entre el domingo y el martes, las autoridades encontraron dos de los autos, de matrícula belga, en que se transportaron.
Ibrahim Abdeslam: Francés de 31 años. Se explotó con un chaleco bomba en un restaurante. Vivía en Bélgica, en uno de los barrios señalados de ser centro de operaciones de los radicales: Molenbeek, en Bruselas. De este lugar también provienen dos de los pasajeros que iban en los autos.
Salah Abdeslam: Francés de 26 años, hermano del anterior. Se encuentra en fuga. Tiene antecedentes por delitos comunes ejecutados en 2010 y 2011. El sábado en la mañana, recuerda Le Monde, fue requisado por la policía en el carro junto con otras dos personas, pero fue dejado en libertad porque por entonces no era sospechoso. Las autoridades dicen que él se encargó de alquilar el auto que transportó a los suicidas del estadio. Sus dos acompañantes fueron capturados en Molenbeek (Bruselas) en la tarde del domingo. Bélgica emitió una orden internacional en su contra.
¿La cabeza de los atentados?
Abdelhamid Abaaoud, un belga de 28 años, fue identificado por las autoridades como el cerebro de los atentados. Los encargados de identificar los cuerpos ignoran si se encuentra entre los atacantes desconocidos. Abaaoud ha sido relacionado con los hermanos Abdeslam, con quienes habría cometido otros crímenes en 2010 y 2011. Las autoridades de EE.UU., luego de verlo en uno de los videos de propaganda del Estado Islámico, han realizado operaciones en su contra en Siria, donde se ha convertido en una pieza esencial del grupo.
Se hace llamar Abu Omar Susi (en alusión a la región marroquí de donde es originaria su familia) o Abu Omar al Baljiki (el belga), y en febrero aseguró que había planeado atentados en Bélgica, que fueron frustrados por los servicios de inteligencia. Su nombre, de acuerdo con Le Monde, aparece en los planes para atentar contra un “salón de conciertos” en agosto pasado.
¿Quiénes han sido capturados?
Siete personas fueron capturadas el sábado en Bélgica y ocho más en Saint-Denis en la redada del miércoles en la madrugada, donde dos miembros de un comando terrorista fallecieron. Una de las militantes que murió tras inmolarse en Saint-Denis, Hasna Aitboulahcen, de 26 años, tiene vínculos con Abdelhamid Abaaoud. Dos capturados ya fueron acusados en Bélgica por participar en atentados terroristas en conexión con los atentados de París: Hamza Attou, belga de 21 años, y Mohamed Amri, marroquí.
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