Al inicio de la pandemia, Perú lideró rankings auspiciosos como el de los primeros países que impusieron restricciones y el de aquellos que destinaron mayores paquetes de ayuda para la gente afectada por la suspensión de la economía.
Pero meses después, medios de todo el mundo empezaron a informar sobre las altas cifras de contagios en Perú, las deficiencias de la cuarentena y la fuerte caída económica que golpeaba al país.
Ahora, más de cinco meses después, el país sudamericano lidera una de las clasificaciones tal vez más penosas: es el que tiene la tasa de mortalidad por covid-19 más alta de los 20 países más afectados por el virus, según la Universidad Johns Hopkins.
Acumula 87,53 muertos por cada 100.000 habitantes. Esta medición lo pone por delante de países como Estados Unidos, Brasil y México.
Medios peruanos reportaron que se trataba de la tasa de mortalidad por covid-19 más alta de todo el mundo.
En términos absolutos, hasta este viernes, Perú era el noveno país con más muertes en el mundo, con un total oficial de 28.277; y el quinto con más contagios, con 621.997 casos.
El número de muertos diarios ha descendido ligeramente la última semana. El miércoles, el Ministerio de Salud reportó 123 muertos, la cifra más baja desde junio. Pero el jueves volvió a subir a 153.
Una mezcla de factores de salud pública, económicos y sociales, limitaciones estructurales y errores coyunturales explican por qué Perú llegó a esta situación, dice Hugo Ñopo, investigador principal del grupo Grade, a BBC Mundo.
Analizamos cuatro de esos factores.
El doctor Eduardo Gotuzzo, profesor emérito de la Universidad Cayetano Heredia de Lima y exdirector del Instituto de Medicina Tropical de esa institución, señala como uno de los factores de la crisis el hecho de que la pandemia sorprendiera a Perú con una baja inversión en salud, con una escasez de camas hospitalarias y de cuidados intensivos, con personal mal pagado y un solo laboratorio capaz de procesar pruebas moleculares.
Para Gozzer, el factor más importante es “que se tuvo un enfoque más hospitalocéntrico que preventivo y de detección o de salud pública”.
Otro problema que afectó la lucha contra la pandemia fue la escasez de oxígeno.
En varios momentos de la emergencia, los medios difundieron imágenes de gente formando largas colas para conseguir oxígeno, demanda que llevó a que muchos proveedores subieran los precios del insumo y que se abrieran puestos clandestinos de venta de oxígeno.
En junio, el gobierno declaró el oxígeno como producto de“interés nacional”y ordenó una compra cercana a los US$25 millones del gas medicinal para satisfacer la demanda.
“La falta de oxígeno influyó en la mortalidad, porque la gente que necesitaba oxígeno y que con eso se podía haber curado, probablemente se agravó y tuvo que llegar a UCI o ya no llegó a UCI”, dijo Gozzer a BBC Mundo.
Al inicio de la pandemia en Perú, a mediados de marzo, el gobierno reaccionó rápido y decretó una de las cuarentenas más restrictivas de la región.
Al mismo tiempo destinó entre el 9% y el 12% de su PIB para ayudar a la gente que hubiera perdido su empleo (o autoempleo) y a las empresas que se hubieran quedado sin ingresos a causa del cierre de la economía. Fuente:BBC.es