Los restos mortales de Emilson Agustín Rodríguez, el ciudadano venezolano que trabajaba limpiando vidrios en la calle San Juan y fue asesinado el pasado 9 de enero bajo circunstancias que son materia de investigación, aún están a la espera de ser entregados a su familia, según informaron las autoridades durante la tarde de ayer.
Luego de una semana de incertidumbre, en la que el cuerpo de Rodríguez se ha mantenido en las instalaciones de Medicina Legal, su familia sigue a la expectativa de poder realizar sus exequias.
Según informaron a EL COLOMBIANO fuentes cercanas a ese proceso, el principal obstáculo para la entrega se mantiene en que los restos aún no han podido ser identificados plenamente.
De acuerdo con los reportes de las autoridades, los problemas en los trabajos de identificación comenzaron luego de que un equipo forense intentara hacer un cotejo dactiloscópico, que consiste en tomar las huellas digitales y verificar si están en alguna base de datos.
Luego de que dicho proceso no pudiera realizarse, a causa de no aparecer en los bancos de información de las autoridades, y a falta también de registros dentales, el equipo forense inició una serie de pruebas de ADN para verificar la identidad de Rodríguez.
Aunque durante el día de ayer se supo que Medicina Legal ya había tomado una serie de muestras, hasta el cierre de esta edición las labores de cotejo genético aún no habían concluido, por lo que los trámites para la entrega de los restos no se habían realizado.
La incertidumbre por las exequias de Rodríguez se hizo pública el pasado 15 de enero, cuando su pareja, Nahillianny Pulido, explicó que su familia no tenía los recursos para emprender un viaje desde la localidad de Acarigua, en el municipio de Páez (Venezuela).
“Él era muy calladito, alegre y colaborador. Toda esa gente que lo conoció sabe muy bien cómo era. Él nunca tuvo problemas con nadie”, dijo Pulido, recordando a su compañero sentimental y lamentando lo ocurrido.
Cabe recordar que la muerte de Rodríguez se produjo el pasado 9 de enero, en medio de un enfrentamiento sucedido en el centro de la ciudad y cuyas circunstancias no son del todo claras.
De acuerdo con los reportes preliminares de la Policía, todo comenzó hacia la una de la tarde de ese día, cuando Emilson trabajaba en el cruce de San Juan (calle 44) con la carrera 59 y una camioneta blanca marca Toyota se detuvo en un semáforo.
En compañía de otro limpiavidrios, testigos de lo ocurrido relatan que Rodríguez se abalanzó sobre el vehículo y comenzó a limpiar su parabrisas, pese a la protesta de sus ocupantes.
“Esto generó un choque y uno de los tipos de la camioneta se bajó con un tubo, pero no pudo pegarles porque se enredó y se cayó”, narró uno de los testigos.
“Ellos corrieron hasta la grama de allá (en la acera) y de ahí sacaron palos y machetes. Ese señor del carro se fue, pero al rato volvió a braviarlos. Los muchachos atacaron el carro, corrieron y entonces él disparó”, agregó.
Luego del ataque, mientras el principal sospechoso habría emprendido la huida, Rodríguez fue montado en un taxi para ser llevado a un centro asistencial. Pese a los esfuerzos, Emilson no alcanzó a ser atendido por el personal médico, luego de que sus signos vitales se desvanecieron mientras era trasladado.
Tras ser capturado por las autoridades, el conductor de la camioneta admitió haber accionado el arma y entregó una pistola Pietro Beretta 7.65 milímetros.
Aunque el sospechoso fue cobijado con una medida de detención domiciliaria, las autoridades avanzan en la investigación de lo ocurrido y en el proceso judicial.
Fuente: El Colombiano.