Bogotá, 27 de Agosto del 2025.- A más de una década del inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, un nuevo informe realizado por Capitaria, revela cómo esta guerra se ha consolidado como un factor estructural de inestabilidad mundial, con repercusiones que van mucho más allá del campo de batalla. Se advierte que los efectos del conflicto ya no se limitan a la seguridad europea, sino que han transformado profundamente la energía, los alimentos y los mercados financieros internacionales.
“El oro se convirtió en el termómetro más claro del riesgo geopolítico, manteniéndose en niveles altos sobre los 3.300 dólares la onza. De igual forma, las criptomonedas, encabezadas por Bitcoin, superaron los 124.000 dólares en 2025, dentro de un ciclo alcista apoyado por la entrada de capital institucional y factores políticos, aunque aún lejos de máximos históricos”, agregó María Camila Holguín, Analista de comunicaciones y tendencias de mercado.
En contraste, el petróleo mostró un recorrido inverso: tras llegar a 120 dólares por barril en los primeros meses de la guerra, se estabilizó en un rango de 60–70 dólares gracias a la diversificación de proveedores y la menor demanda global. El dólar estadounidense, que en 2022 había tocado máximos de dos décadas, perdió fuerza en los últimos meses debido a políticas comerciales y cambios en la confianza de los inversionistas.
“El peso estratégico de ambos países en la economía mundial. Rusia, uno de los mayores exportadores de petróleo y gas, ha utilizado su matriz energética como herramienta de presión, mientras que Ucrania, considerada el “granero de Europa”, mantiene un rol clave en la producción agrícola global. Este tablero geopolítico ha convertido a la seguridad energética y alimentaria en piezas centrales de la política internacional” precisó María Camila Holguín, Analista de comunicaciones y tendencias de mercado.
Mirando hacia el cierre de 2025, el análisis presenta tres posibles escenarios: una escalada del conflicto con riesgo nuclear, un estancamiento prolongado de desgaste o un proceso de paz parcial con reapertura de exportaciones. Cada opción tendría un impacto distinto en los mercados, pero todas confirman una conclusión: la guerra en Ucrania ya no es un hecho aislado, sino un motor que reconfigura las finanzas y las relaciones internacionales en el largo plazo.
Con un oro sostenido en niveles altos, un dólar debilitado y un Bitcoin en ciclo alcista, el estudio resalta que los inversionistas se mueven entre la cautela y la especulación, en un mundo donde la geopolítica ha vuelto a instalarse como el principal catalizador de la economía global.
