La Capricornio y el Aries pueden formar una pareja interesante, cuando no compiten entre ellos. Aunque es bastante improbable que exista una relación amorosa entre sí, en un ambiente laboral su relación puede ser sensacional. La Capricornio es una mujer muy divertida, capaz y eficiente en su puesto de trabajo. En el amor es realista, prefiere el mando y disfruta de la independencia que posee, ama la libertad.
La persona que viva con ella tiene que poseer su mismo amor por estas cosas y no intentar engañarla. Si esta mujer quiere entablar una relación con el Aries, ella deberá dejarle toda la libertad posible y no condicionarle la personalidad. Él es altamente celoso, único y no consiente que su mujer mantenga ninguna clase de relación, que no sea con él.
Ambos son signos de Tierra. Tauro estimula a la Capricornio a una mayor ambición y ésta a su vez frena el ímpetu de él, pues ella es más tranquila y posee una calma innata. Pero el afecto de ella es difícil de ganar, su personalidad interior no cederá tan rápidamente como sería de esperar y esto hace que el Tauro se interese por esta mujer.
El Tauro es reconocido por su testarudez. Su relación sexual es excelente porque casi siempre la atracción física es más satisfactoria cuando es la mujer Capricornio y el hombre Tauro que cuando es a la inversa. Él es un amante exquisitamente sensual, lleno de una destreza erótica sin límites.
La relación entre la Capricornio y el Géminis no será posible, pues son totalmente opuestos. El hombre Géminis, sentimentalmente es el más tosco y menos sincero que existe, puede ser amable y afectuoso pero muy pocas veces. Él destaca por su carácter variable, es frío y algo mezquino, no se puede confiar en él para nada, pues llegado el momento de que te eche una mano, muy amablemente la negará.
Si la mujer Capricornio no encuentra la persona que le sea similar para aquello que desea, desistirá y adquirirá de nuevo su propia libertad. Ella habla poco pero sabe manifestar sus razones en el momento oportuno. Generalmente rehuye del hombre que no está a su mismo nivel, es orgullosa y su cualidad más importante es que no se rinde ante nada ni ante nadie, ama la perfección, pero si alguien necesita de ella basta con decírselo.
Ambos pueden ser algo más que egoístas aunque a primera vista no lo manifiestan. Él es normalmente afable, considerado y cortés. Necesitan que los mimen como a un niño, aunque lo nieguen, disfrutan con ello y aprovechan el sentimiento de responsabilidad que tiene la mujer Capricornio. Ella se esmera en complacer al hombre que ama.
La mujer Capricornio, si es una típica Capricornio será tímida y recatada y hasta algo humilde y siempre estará dispuesta a prestar su ayuda sin olvidar sus modales femeninos y delicados; posee unas ideas personales muy firmes.
Es posible que estrechen lazos de amistad duradera y afecto pasajero. La mujer Capricornio es muy sagaz, pues enseguida se hace cargo de cualquier situación. Su gran cualidad es que jamás se rinde, sabe luchar por todo aquello que le interesa y no duda en hacer lo que haga falta, pues no retrocede bajo ninguna circunstancia y sabe barajar cualquier situación que se le presente.
Para conquistar una mujer así, realista y fría, se necesita una enorme paciencia y sobre todo, bastante obstinación. Y de esto es lo que carece el gran Leo, pues es el signo con más dificultad en encontrar la mujer adecuada, a pesar de su imagen de virilidad, por lo general es autoritario y posesivo de la mujer que ama, busca en la mujer la sumisión incondicional.
La Capricornio armoniza perfectamente con el Virgo al igual que lo hace con Tauro y Escorpión. Aunque en un principio parezca extraña, esta unión puede llegar a buen puerto. Ambos son fríos, reservados y tercos, pero no debemos olvidar su lealtad, que es el cimiento más sólido de su amor mutuo. En general su relación será enriquecida por un mutuo afecto y su romance será más estable y duradero que cualquier otra relación con otro signo.
No se debe olvidar su relación sexual, que será excelente pues ambos buscan lo mismo el uno del otro y saben que con el tiempo aumentará su compenetración. Él nunca se opondrá a que ella trabaje fuera del hogar pues los dos adoran el dinero, para así poder cumplir antes sus sueños.
Lo primero que la mujer Capricornio debe aprender del Libra es que ama la libertad de movimientos y sencillamente no soporta que le recorten parte de su libertad. El hombre Libra no llegará a ser todo lo sensible que necesita la Capricornio para poderla entender mejor, a pesar de su compasión y su lógica, no llegará a comprender el corazón de la Capricornio, pues no llega a alcanzar las emociones que sienten los demás y se comportará fríamente con ella.
Aunque en un principio pareciera que se necesitan el uno al otro, con el paso del tiempo se darán cuenta que su relación no funciona tan bien como debería.
Aunque a ambos les resulta fácil comunicarse entre ellos, esta relación será desequilibrada en lo referente a lo pasional y sentimental. Ellos se pondrán de acuerdo en cuáles son sus metas individuales pero ya no estarán tan de acuerdo en la forma de conseguirlas. Él querrá representar el papel que más le interese, llegando a ser tan persuasivo que hasta él mismo terminará convenciéndose de que es verdad.
Ella busca el éxito, es activa y llena de ideas, no retrocede ante ningún obstáculo y jamás se rinde, es fascinante y orgullosa. Aunque aparentemente hacia sus amigos parezcan una pareja feliz, ellos son tan vulnerables como puede ser cualquier otra.
De estos dos signos se puede decir que se complementan satisfactoriamente, pueden entablar una relación que, si llega al matrimonio, tendrá grandes posibilidades de ser duradera. Ambos son altruistas en exceso, basta que alguien les diga que necesitan de su ayuda para poder ofrecérsela y una de sus mayores cualidades es que no se rinden nunca. Son incansables en el trabajo donde ellos colaboran codo con codo.
Pero el Sagitario en su relación debe actuar con prudencia para evitar desavenencias, pero sin duda esto lo podrá conseguir sin ningún esfuerzo, pues de él se dice que es el signo más optimista del Zodiaco.
Capricornio es el signo más complicado del zodiaco. Ambos sexos aman su libertad por encima de todo, no les gusta que les pongan límites o una meta donde deban llegar. Los Capricornio se comprometen con ellos mismos plenamente sin poner ningún obstáculo entre ellos.
Aunque en un principio a un Capricornio -sea mujer o hombre- les cueste enamorarse, pues no suelen hacerlo en una hora, sino muy poco a poco, sin duda su relación será larga y muy agradable, llena de una gran humanidad por parte de ambos. Aunque de vez en cuando necesitan estar en soledad para poder pensar y reflexionar sobre todo lo que les acontece.
Pese a todo, las relaciones sentimentales entre Capricornios corren el peligro de que en cualquier momento se puedan resentir gravemente y el matrimonio llegar a ser algo difícil de sobrellevar.
Los Acuario son por naturaleza muy curiosos y no piensan que algo pueda ser imposible de conseguir para ellos. Aparentemente el hombre Acuario es un hombre tranquilo, generoso, amable e interesante, pero que dispone de variados cambios de humor. Esto será lo que perjudique su relación con la mujer Capricornio. Él es fiel a su compañera, en la que busca a la amiga y a la futura madre de sus hijos.
La relación con la mujer Capricornio no será muy aconsejable, ella es posesiva y esto hará que él no disponga de su libertad y su soledad. La cumbre de esta relación la podrán encontrar sin duda alguna en una relación de lazos familiares.
La afinidad que existe entre este hombre y esta mujer surge de la amistad y el trabajo, pero no en una relación de afecto. Las costumbres de ambos son muy diferentes. Los hombres Piscis destacan por su informalidad, ellos son delicados y demasiado impresionables para el carácter fuerte de la Capricornio. La mujer Capricornio tiene la fuerza suficiente para convertir en realidad todo lo que desea.
Sus fundamentales dos armas son su sabiduría y gran paciencia para triunfar. Su mayor cualidad es que no se rinde nunca, no retrocede anta ningún obstáculo, y no obra jamás sin antes haberlo pensado bien.