Viernes, 26 de Abril del 2024
xb-prime


Un año del acuerdo de paz qué pasó en las zonas post-Farc

Publicado el 23/11/17

Disidencias de las Farc, expansión del Eln y las antiguas Bacrim, preocupan en las regiones. Buscan el control de las rutas y la producción de la coca en antiguas regiones dominadas por las Farc.

Quince grupos desertores de las Farc, 26 grupos armados organizados muchos de ellos al servicio del narco, y la disputa territorial entre estos y el ELN, son los factores que hoy, al cumplirse un año de la firma del Acuerdo Final de Paz con las Farc, representan un riesgo inminente para la consolidación de paz en los territorios que más han sufrido los embates de la guerra.

Esa es una d elas grandes conclusiones que se desprende del  informe Terminó la guerra, el posconflicto está en riesgo, revelado este jueves por la   Fundación Paz y Reconciliación, en el que se hace un balance de lo que ha sido la reincorporación, la dejación de armas, el cuplimiento a las víctimas y los avances jurídicos de este primer año de implementación.

Presencia de grupos disidentes de las Farc amenazan el posconflicto

Uno de los casos que investiga el informe es el de las disidencias de las Farc. Son 15 grupos que se registraron en 43 municipios de Antioquia, Cauca, Nariño, Vichada, Meta, Vaupés y Guaviare, este último departamento es el lugar donde más se han fortalecido los casi 700 guerrilleros que según el informe integran estas filas.

A pesar de que cerca de 450 miembros de estos grupos desertores son exguerrilleros, el mismo informe aclara que “no existe ningún vínculo entre los miembros de las Farc en proceso de reincorporación y los denominados desertores y disidencias del mismo grupo”.

De las Farc, el 10 de junio de 2016, el único grupo que se declaró en disidencia fue el Frente Primero “Armando Ríos”, supuestamente aduciendo razones ideológicas y políticas referentes a la incredulidad de los acuerdos y a que el Estado no resolvería los problemas estructurales del conflicto.

La misma investigación asegura que los mandos medios de estas disidencias ayudan a desdibujar estas supuestas razones  políticas que sostienen su no adherencia a los acuerdos. Prueba de ello son los asesinatos de algunos jóvenes en Miraflores y del vicepresidente de la Junta de Acción Comunal de Puerto Nuevo, en San José del Guaviare.

Sin embargo, Paz y Reconciliación sostiene que el único interés de estas ahora disidencias es “conservar el control de las rentas ilegales en el territorio”. Y así lo confirmó el Estado Mayor del Bloque Comandante Briceño de las Farc quienes no reconocen los móviles políticos que dicen sostener esta disidencia. Por lo que las Farc no los reconocen como disidentes sino como desertores.

El Frente Armando Ríos opera en 4 departamentos del sur del país: Meta, Guaviare, Vichada y Vaupés, quienes, según la investigación, han reclutado personas de las antiguas zonas veredales especialmente  del Guaviare, ofreciéndoles ”dinero, armas y garantías de seguridad”.

Se tiene información, dice el informe, de un plan de expansión nacional del mismo Frente. Dicho plan parece inicar con la unión con la también disidencia de Miguel Santanilla Botacha alias “Gentil Duarte”, quien al parecer opera entre el departamento del Meta y Guaviare, en las zonas del Guayabero y del Yarí, y que cuenta con al menos 500 hombres.

La disidencia adelanta en dichas zonas actos de “extorsión, secuestro y control de la producción de la base de coca”, al mando de Néstor Gregorio Vera, alias “Iván Mordisco” y de Edgar Salgado, alias “Rodrigo Cadete”, quien desertó del proceso de paz el pasado mes de septiembre.

A través  de distintos mandos medios, las disidencias operan en varios municipios y veredas de estos departamentos en donde los grupos al mando de estos dos últimos desertores se han fortalecido “durante el último trimestre del año”. Esto debido, en cierta medida, a que varios miembros de las Farc que estaban en  los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), han abandonado dichas zonas por el “incumplimiento de lo pactado en el acuerdo de Paz en los los tiempos establecidos” aseguran  versiones de líderes sociales y comunitarios del territorio.

Por ejemplo, en el ETCR de Colina en el municipio de El Retorno, Guaviare, quedan pocos exguerrilleros en dichos espacios. Pues sumados a quienes decidieron volver a la guerra, otros “por su propia iniciativa, vienen implementando proyectos productivos, los demás se han visto obligados a salir a buscar trabajo de jornaleros o han recurrido a sus familiares en sus lugares de origen”, asegura el informe.

Otro problema del que ya se había alertado en otros documentos académicos y medios de comunicación es la falta de coherencia entre las oferta educativa y de proyectos productivos con las trayectorias de vida de los ex combatientes. Un ejemplo de ello es la ETCR de “Charras” en san José del Guaviare, donde la mayoría de quienes integran este espacio son indígenas.



Comments are closed.