Sábado, 1 de Junio del 2024
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La devaluación deja más perdedores que ganadores en el agro colombiano

Publicado el 17/02/15

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El sector agropecuario es uno de los que más se ha visto perjudicado por cuenta de un dólar que ronda los $2.400, dado que hasta 80% de las materias primas que se utilizan para la producción de alimentos son importadas.
Solo el aumento en el precio de los fertilizantes le pega a 10 subsectores agrícolas, siendo además un ítem que pesa entre 8% y 28% de los costos totales de producción, según cifras de la Cámara Procultivos de la Andi.
El gerente de la Federación Nacional de Cultivadores de Papa (Fedepapa), Juan Manuel García aseguró que en los últimos tres meses los fertilizantes que requiere la actividad han sufrido un incremento de 20 % en su precio. En el mismo sentido se pronunció el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (Fedecafé), Luis Genaro Muñoz, quien desde su administración ha trabajado por mecanismos que reduzcan la dependencia sobre los mencionados insumos que le sirven de alimento al cultivo.
Por su parte, Álvaro Palacio, gerente de la Asociación Hortifrutícola de Colombia (Asohofrucol), explicó que los precios de abono para frutales pasaron de $65.000 el bulto a $75.000. “El valor se incrementó en todas las variedades”, dijo.
En una situación similar están las actividades pecuarias, cuyo principal insumo para la elaboración de concentrados es el maíz. De hecho, cifras del Dane muestran que de los US$2.401 millones que se importan al año en productos de la agricultura, silvicultura y pesca, 18% son cereales con un volumen de 5,86 millones de toneladas de las 6,8 millones que ingresan al país en las mencionadas categorías.
El presidente de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi), Andrés Valencia, indicó que para la cría de pollitos 70% de los costos en los que se incurre provienen de productos importados, por lo que con la devaluación hoy se gasta 25% más en cada animal.
Lo propio sucede con la piscicultura en donde los concentrados pesan hasta 85% de la inversión total, de acuerdo con Fedeacua, con la salvedad de que también hay exportaciones por lo que las pérdidas se compensan con parte de las ventas.
Sin embargo, algunos gremios están buscando la manera de que la depreciación del peso les represente una ventaja valiéndose de las perspectivas de que se reduzcan las importaciones, un escenario que los analistas prevén para los próximos meses y que incluso la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex) advirtió.
Izhak Kempowsky, analista económico de Acciones y Valores, explicó que los estudios de la comisionista proyectan una caída de 10 a 15% de las importaciones, y que para los próximos meses se ubicarían en un promedio de US$4.500 millones por cuenta de la tasa de cambio y el precio internacional del petróleo.
Lo anterior se traduce en más oportunidades para que los alimentos nacionales le ganen mercado a los extranjeros que desde la apertura económica de los 90 vienen incrementando su participación entre los consumidores con precios más competitivos por cuenta de un desarrollo industrial y, en ocasiones, una política de subsidios de sus países de origen.
Tal es el caso del gremio de los papicultores que le están ofreciendo alternativas a los empresarios de papa procesada, quienes son los principales importadores. “Les estamos ayudando a conseguir porque estamos en capacidad de abastecerlos también a ellos”, dijo García.
Los fruticultores, quienes también vienen trabajando en potenciar las exportaciones, ven en la devaluación un incentivo para sembrar más porque se reduce la competencia de países como Ecuador que envían alimentos a Colombia y por la probabilidad de que al subirse los precios incremente también el ingreso del productor.
El economista de la Universidad de los Andes, Rodrigo Tejada, manifestó que ante la imposibilidad de adquirir los insumos en el mercado local al productor le quedan dos caminos: sacrificar su margen de ganancia o trasladar ese sobrecosto al precio de venta, lo que significaría una variación en la inflación, “aunque las expectativas del Banco de la República son que el impacto sea transitorio, no permanente”, dijo el experto.
Es por ello que el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, advirtió que hará un seguimiento permanente a los mercados para evitar que los especuladores se valgan de la situación actual para incrementar los precios.
Café y flores no celebran del todo
Aunque los sectores tradicionalmente exportadores como los de café y flores son quienes reciben de manera más directa el beneficio de la devaluación de la tasa de cambio, una serie de condiciones les han impedido aprovechar el buen momento del comercio internacional.
Por un lado el gasto en fertilizantes importados por parte de los cafeteros ha limitado sus utilidades pues representa en promedio 20% de los costos y es una labor indispensable para incrementar la productividad por cuanto aporta nutrientes al suelo cultivado garantizando el equilibrio químico del suelo.
En segundo lugar los floricultores no llegaron a la producción esperada, de hecho, para San Valentín, la fecha donde se vende 12% de la producción anual, se calcula que se recogió 20% menos producto, lo que el gremio, Asocolflores, atribuye a la baja luminosidad y el clima en la Sabana de Bogotá.



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