Domingo, 4 de Mayo del 2025
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El nuevo edificio del Mamm brilló por primera vez

Publicado el 03/09/15

Las primeras palabras que se escucharon desde el nuevo edificio del Museo de Arte Moderno de Medellín resumieron lo que pasó después de las 5:00 de la tarde de este dos septiembre: que ese edificio, que se vio ya terminado, sin trabajadores, sin herramientas, sin cerramiento, se convierte, en sí mismo, en una obra de arte.

Lo dijo el presentador, antes de que Emiliano Valdés, el curador jefe del Mamm, diera la bienvenida al “Museo de Arte Moderno de Medellín versión 3.0”, y que mostrara su felicidad, porque, dijo él, son pocas las veces que se inauguran edificios para museos.

La apertura del Mamm empezó cuando el sol todavía hacía de las suyas sobre Medellín, y terminó cuando ya se había ido, con un edificio que iluminado sí que refina la definición de que es en sí mismo una obra de arte.

Aunque, lo repiten ellos desde el museo, más allá del edificio lo que se abrió anoche fue un espacio para la cultura, para el arte, y para la ciudad. “Es un día especial –siguió Emiliano– es un pequeño paso para una sociedad más informada”.

Entonces los actos protocolarios siguieron con María Mercedes González, la directora, que desde un atril que miraba hacia la plazoleta –esa que permitirá ver conciertos al aire libre, cuando las puertas del nuevo teatro se abran, en tanto esa puerta conecta hacia adentro, donde están los asientos normales de un teatro, y hacia afuera–, donde en sillas negras y fucsias estaba sentada la gente –fundadores, artistas, muchos ciudadanos que quisieron ser los primeros–.

María Mercedes recordó que han transcurrido 37 años, en los que esfuerzos de amigos y el trabajo de un equipo por el que han pasado diferentes personas, han permitido que el museo llegue hasta este momento, el de expandirse, el de llegar a 9.910 metros cuadrados. Por supuesto, y ahí hizo hincapié la directora, también por el entusiasmo del público.

“Trabajaremos para estar a la altura de su generosidad –la Alcaldía y las empresas privadas que lo hicieron posible– y a la altura de la expectativa del público y de los artistas. Seguiremos trabajando por la apropiación”.

Fueron los primeros aplausos que se escucharon en el renovado Mamm. Los más fuertes llegaron cuando ella terminó su discurso con un deseo, “¡larga vida al Mamm!”.

Solo felicidad

Las palabras siguieron. La ministra de Cultura Mariana Garcés lo resumió en una palabra: espectacular. No solo, precisó, por lo que estaban mirando, sino por cómo se hizo posible, es decir, la unión público privada que permitió conseguir los 24 mil millones de pesos que se necesitaron para el proyecto.

Leyó la Ministra, además, un mensaje del presidente Santos: “Cuando nace un espacio de arte en una ciudad, nace una luz que la transforma, que ilumina su vida cotidiana (…). Aquí habita la vida, el talento que nos muestra qué somos”.

Mientras tanto, los vecinos del Mamm se asomaron –algunos tímidos, tampoco muchos– desde sus balcones a mirar la obra que vieron crecer, que sintieron con el polvo, incluso.

El alcalde Aníbal Gaviria empezó su discurso con un “qué insondables son los caminos del arte y la gestión cultural”, y comentando que ahora los fundadores podían ver su sueño hecho realidad. Hizo énfasis en esa capacidad de hacer alianzas que hay en Medellín, tan importante para que proyectos como el museo sean posibles. Ya para terminar señaló lo importante del público, que es el que le da sentido a estas ideas.

Y así fue. El Mamm se hizo museo anoche, cuando todas esas personas entraron, ansiosas, emocionadas, casi en batallón, después de que el Alcalde, la Ministra, la Secretaria de Cultura, la Directora del Mamm y el presidente de la junta directiva del museo, J. Mario Aristizábal –a quien Aníbal Gaviria le entregó la medalla Alcaldía de Medellín en categoría oro–, cortaran la cinta. A las 6:30 de la tarde, el Museo de Arte Moderno de Medellín estuvo abierto oficialmente.

J. Mario lo había dicho ya. “Cuando se juntan los sueños con los sueños de otros, hay que buscar otros con más sueños, para que se hagan realidad”.

Allá se quedaron los primeros que llegaron a conocer el Mamm. Hubo miradas, conversaciones, abrazos. Hubo acercamientos a los detalles de las nueve exposiciones que se abrieron. Hubo preguntas, ¿y uno cuál debe ver primero, las temporales o las permanentes?, y hubo, sobre todo, una felicidad completa, contagiosa.

Emiliano hizo otro resumen, que sonó a invitación. “El museo es de ustedes”.

elcolombiano.com



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