Lunes, 20 de Mayo del 2024
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Gran terminasion doble calzada de Bogotá a Villeta

Publicado el 02/05/16

En las alturas, siete operarios sueldan la estructura metálica con arcos que montan sobre el río Bogotá, con la que ya empiezan a darle forma al puente vehicular El Cortijo de tres carriles que se levanta por el costado norte de la calle 80, que ayudará a descongestionar el tráfico de salida por el noroccidente de la capital colombiana.

Abajo, en el mismo terreno, una treintena de trabajadores se dividen entre los que rellenan con grandes bloques de icopor tipo industrial (poliestireno) las rampas de acceso al puente vehicular; los que más adelante construyen el peatonal que será extensión del antiguo puente de guadua –porque este quedará cubriendo solo media autopista con las nuevas obras– y los que al lado abren el espacio por donde pasará la ciclorruta y el andén.

Es el ritmo febril que la Concesionaria Sabana de Occidente S.A.S. ha impuesto para apurar los montajes y entregas tanto del puente vehicular como del peatonal en cuatro meses (24 de agosto), dado que este frente de obra de la calle 80 es también el punto de partida de la doble calzada Bogotá-Villeta, que termina en el intercambiador a Guaduas.

De esta concesión, adjudicada por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), solo faltan hacer 2,02 kilómetros, de los 81,62 km que tiene en total la doble calzada contratada, que costará 792.162 millones de pesos.

Esta parte del proyecto comenzó a ejecutarse hace más de tres años y los 79,6 kilómetros de segunda calzada que ya están construidos se encuentran en operación, con dos peajes (Siberia y Caiquero), donde funciona desde hace un año el sistema electrónico de autopago o prepago.

El presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Luis Fernando Andrade, indicó que esta vía “es clave para ir de Bogotá hacia el valle del Magdalena y de ahí a Medellín y la costa Caribe”.

En el país ya se tienen construidos 1.600 kilómetros con nuevas dobles calzadas, agregó.

Los tropiezos

Los 2,02 km de segunda calzada que aún faltan por hacer se hallan principalmente en el sector de El Vino y en el trayecto entre El Chuscal y el paso urbano de La Vega (Cundinamarca). Ahí es donde se forman también los atascos, sobre todo en fines de semana y puentes festivos.

El cuello de botella que, hasta ahora, no permitía terminar la segunda calzada era la no entrega de 10 predios en esos tramos, por líos jurídicos relacionados con la titularidad de los terrenos; la multiplicidad de dueños (en uno de los terrenos figuran 30); los juicios de sucesión y la negativa a negociar la venta de los inmuebles y lotes después de un año de ofertas de la ANI.

Finalmente, hace dos semanas, cinco de los propietarios aceptaron la entrega voluntaria de predios, mientras que para los otros cinco, el vicepresidente Germán Vargas dio la orden que les iniciaran los procesos de expropiación para poder culminar los trabajos de la segunda calzada a fines de agosto. Las demandas de expropiación se pusieron la semana pasada.

Por fin se termina la obra

Este fue un proyecto que arrancó hace 22 años con un trazado que solo iba hasta El Vino. Luego se acordó extenderlo hasta Villeta. La ejecución se inició hace más de tres años. Hoy su avance es del 97,3 por ciento y ya literalmente se puede ver en la obra la luz después del túnel. Porque se hizo uno (2011) entre el cruce de Útica y el intercambiador a Guaduas.

Antes, el viaje de Bogotá a Villeta podía tardar más de tres horas. Hoy, sin tener toda la vía ampliada, dura cerca de dos horas. Cuando terminen las obras, el trayecto se haría en una hora.

Una vez termine la ampliación del corredor, el concesionario Sabana de Occidente seguirá con su mantenimiento y operación, hasta el 1.° de febrero del 2031.

‘Desafío de Bogotá: mejorar los accesos’

El presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Luis Fernando Andrade, dijo que le queda a Bogotá ahora el desafío de hacer las obras que descongestionen el ingreso a la ciudad.

“Las vías de acceso intermunicipales a Bogotá se están terminando o construyendo. Quedamos con el desafío de mejorar el acceso al interior de la capital. Por eso es tan importante que se haya aprobado una asociación público-privada (APP) para hacer la ampliación de la autopista Norte y de la carrera 7.ª”, expresó el directivo.

Agregó que es urgente igualmente la APP para construir la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) en el tramo sur (entre la laguna El Muña, en Soacha, y la calle 13) para descongestionar el ingreso por la autopista Sur de Bogotá.

La licitación de esta APP saldría a finales de octubre del presente año.

Actualmente, entre las construcciones de dobles calzadas y mejoramientos de vías intermunicipales que llegan a Bogotá se hallan el corredor procedente de Tunja.

En este trayecto faltan por concluir la variante de Gachancipá y el paso por el Puente de Boyacá.

Se avanza también en la doble calzada Facatativá- Bogotá. La de Girardot a la capital ya se hizo, pero el trancón se forma en el ingreso por la autopista Sur.

“De qué vale tener en doble calzada la vía Girardot-Bogotá, Tunja-Bogotá o ampliar la calle 80, ¿si a la entrada de Bogotá no hay suficiente capacidad en la vía para mover un alto número de vehículos? Porque los trancones ya no serán entre Bogotá y Tunja o Villeta-Bogotá sino seguirán a la entrada de la capital”, afirmó Andrade.

Un claro ejemplo sobre este problema de advierte en la autopista Sur de Bogotá, porque la doble calzada termina unos kilómetros antes, en El Muña (Soacha) y de ahí a la autopista Sur la movilidad se colapsa.

“La clave es trabajar en mejorar las vías no de Bogotá hacia el resto del país, sino en el interior de la ciudad, para que se distribuya mejor el tráfico que va a entrar a la ciudad”, subrayó.

Eso es lo que se espera ahora con la ampliación en 3 carriles de la calle 80.

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