Miercoles, 15 de Mayo del 2024
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Operación de Estados Unidos contra Corea del Norte

Publicado el 14/09/16

La tensión en la península coreana aumentó este martes tras maniobras militares estadounidenses en defensa de su aliado Corea del Sur y como respuesta al más reciente ensayo nuclear llevado a cabo por el Norte el pasado 9 de septiembre.

Flanqueados por aviones F-15K surcoreanos y F-16 estadounidenses, dos bombarderos estratégicos B-1B Lancer , ubicada a unos 50 kilómetros al sur de Seúl, informó en un comunicado el comando de las Fuerzas de EE. UU. en Corea (USFK).

Con el despliegue de los dos bombarderos, traídos expresamente desde la base estadounidense de Guam, en el Pacífico, Seúl y Washington quieren enviar a Pyongyang el mensaje de que “están preparados para responder en todo momento a las amenazas contra la estabilidad y la seguridad” en la región, según el comunicado.

El B-1B Lancer fue uno de los primeros aviones construidos para lanzar cargas nucleares, cuando aún soplaban los vientos de la Guerra Fría, en 1980.

Este movimiento táctico estadounidense se da en un momento en el que otros ‘interesados’ en lo que pasa en esa zona del mundo, como China y Rusia, están llevando a cabo maniobras militares conjuntas en el mar de China Meridional.

El equilibrio regional es demasiado delicado, con una Corea del Sur altamente amenazada por las muestras de avance tecnológico nuclear hechas por Corea del Norte y unas potencias que parecen no entender del todo la estrategia por la que el régimen de Kim Jong-un está acabando con su paciencia y la de todos sus vecinos.

Pero parte también del ‘juego’ es saber que, por lo menos en el papel, Corea del Norte tiene un aliado como China, que no se mostró muy de acuerdo con lo hecho por la aviación estadounidense.

“Todo esto solo conducirá a un círculo vicioso que no le interesa a nadie en la región”, afirmó en Pekín Hua Chunying, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.

“La situación me resulta muy clara. Ante tales circunstancias, esperamos que las partes involucradas se contengan, dejen de provocarse los unos a los otros y no escalen las tensiones en la región”, añadió Hua. El círculo vicioso del que habla Hua se asemeja a lo que siempre han usado los norcoreanos para tener una ‘voz cantante’ en la región, una especie de chantaje para no volar por los aires la frágil estabilidad regional. “Pekín ciertamente preferiría que Kim Jong-un entregara sus armas nucleares, y los chinos ocasionalmente usarían sus lazos comerciales con Corea del Norte para presionarlos. Pero la prioridad más urgente para China seguirá siendo la de mantener a los norcoreanos como un estable amortiguador contra la influencia estadounidense”, dice el periodista Joel S. Wit en su columna del The New York Times titulada ‘¿Cómo el próximo presidente puede detener a Corea del Norte’.

Como lo dice Wit, la cuestión norcoreana va más allá de una simple sucesión de maniobras bélicas. Es como si Pyongyang fuera un contenedor ante algún plan mayor de Washington, cuya lucha con China también lo lleva más al sur, donde mira con recelo cómo el gigante asiático quiere agrandar su frontera en el mar de China Meridional, con lo que el Pacífico, de norte a sur, sería un solo campo de estrategia diplomático-militar en el que el más mínimo movimiento provocaría una crisis de enormes proporciones, con potencias atómicas de por medio.

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