Domingo, 5 de Mayo del 2024
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Conoce a Tatiana Calderón, pilota de la Fórmula 1

Publicado el 08/03/17

Las mujeres no han sido ajenas a la Fórmula 1 y entre sus representantes podemos nombrar a figuras como: Maria Teresa de Filippis (Italia), Desiré Randall Wilson (Sudáfrica), Susie Wolff (Reino Unido) y la fallecida María de Villota (España).

Ahora, la joven colombiana Tatiana Calderón se une a ese privilegiado club con solo 23 años. Ella fue confirmada como piloto de desarrollo del equipo Sauber, tarea que asumirá junto a su segunda participación en la categoría de GP3.

 SEMBLANZA

Como se recuerda, Calderón empezó su carrera en los karts de Colombia, luego fue a Europa donde se coronó como subcampeona en el MRF Challenge Formula 2000 de 2015 y desde el año pasado compite en la GP3 Series.

La joven de Bogotá forma parte de un programa de pruebas de Sauber que en 2015 ya le dio espacio a la suiza Simona de Silvestro.

No hay que olvidar que Colombia ya tuvo un representante en la Fórmula 1 y su nombre es nada menos que Juan Pablo Montoya.

Tatiana, muy inocente, con tan solo 9 años, fue a una pista de karts ubicada en la calle 170 de Bogotá, junto a su hermana Paula. Lo que no sabía es que esa sencilla diversión, que no duró más de siete minutos, iba a cambiar su vida. La pasión por el automovilismo nació genuinamente al sentir la adrenalina que le generó conducir por primera vez. Hoy en día, la piloto colombiana acelera a fondo en su vida por cumplir ese sueño que de pequeña le expresó a su papá: ser corredora de la Fórmula 1.

Con su vida resuelta, en su cabeza, claro está, Tatiana Calderón decidió acercarse a sus padres, Alberto y María Clara, y rogarles casi por un mes que le compraran un kart. Ya no quería solo ir los fines de semana, sino que quería correr en todos sus momentos libres. 

“La verdad, no fue tan fácil convencerlos (a sus padres de comprarle el kart). Tocó trabajar varias semanas. A mi papá siempre le han gustado los carros y las motos, pero a mi mamá no le gustaba mucho la idea (risas). La parte más dura fue convencerla a ella de que íbamos a correr. Cuando me monté al kart dije ‘¡uff! Esto es lo que me gusta’. Desde ahí me han apoyado, porque vieron que era lo que realmente quería”, le relató Tatiana a EL TIEMPO mientras recordaba el valor del kart que, según ella, costó 3 millones de pesos.

Una vez conseguido el objetivo de entrar a correr en la easykart, no demoró en demostrar sus capacidades al volante y llamaba la atención en pista. Una mujer vencía a los hombres, algo que no fue del agrado de asistentes, pilotos ni padres. Su primera lucha por el machismo en el automovilismo empezaba. “Sin duda, no fue nada fácil. Las primeras carreras siempre me sacaban de pista. Si ganaba yo, buscaban una excusa para decir por qué ganaba yo. Los papás de los rivales siempre formaban pelea los fines de semana. Decían que el motor debía ser mejor o hacían revisar mi kart entero. Nunca encontraron nada. Simplemente era más rápida. El ser mujer sí les duele mucho”, reconoció Calderón en un tono desafiante.

Con su forma de encarar las carreras y luego de ganar un campeonato nacional, en el que vivió un nuevo caso de discriminación por ser mujer –el papá de un competidor dijo a los hombres de esta carrera que si ella les ganaba, les compraba peluca a todos–, dio el gran salto. A los 12 años, el equipo estadounidense Juncos Racing la invitó a correr con ellos. La ambición de ella y la de su padre, a quien siempre nombra, los llevó a no dudar y decir sí.

Su vida dio un giro importante y las rutinas se sometieron a un cambio. Debía viajar constantemente al país norteamericano para las competencias los fines de semana y el compromiso era grande para poder seguir en ese proyecto. Al menor descuido en el colegio se acababan las carreras. Con esa consigna, Tatiana se mostraba como una de las mejores estudiantes.

Su primer problema para superar no fue adelantar a sus rivales, saber en dónde debía ir a fondo o cómo tocar las curvas. En el colegio en el que ella estudió, el Helvetia, el segundo idioma que le enseñaron fue el alemán, por lo que la comunicación se convirtió en una limitación, y más por los tecnicismos que se usaban en carrera. De a poco fue entiendo la dinámica y las victorias iban llegando con la firmeza de ya conocer las pistas.

Fue ahí cuando llegó su momento crucial para empezar su vinculación definitiva al automovilismo. Cuando pensaba en dar un cambio definitivo, apareció la posibilidad de llegar a la categoría Star Mazda, para manejar ya un monoplaza, y sin vacilar emprendió la nueva aventura.

Su vida como deportista trascendió. Lo que era algo amateur pasó a otro nivel. Ahora debía estar pendiente de la suspensión de su carro y de cómo meter cambios. Además, tenía un equipo técnico que le ayudaba y aconsejaba de qué manera correr. Ella quería aprovechar sus puntos fuertes. “Tal vez las mujeres pensamos un poquito más que los hombres. Yo tengo más paciencia que los demás. Sé analizar cuándo debo hacer un sobrepaso. Era muy suave como manejaba. Cuidaba mucho mejor las llantas que los demás y en las últimas vueltas lograba hacer siempre una diferencia”, dijo.

El primer circuito en el que corrió fue en Sebring, Florida (EE. UU.), y sin ocultar la emoción que sintió en eso momento, narró lo que fue su primera vuelta. “Me acuerdo de que uno tiembla al ir a fondo. Se siente muchísimo más rápido que un kart. Cuando pones el acelerador de más, patinas. Fue muy chévere, con mucha más adrenalina”.

En la Star Mazda compitió durante dos temporadas. En el primer año, más que conocimiento, adquirió experiencia y su mejor colocación fue un cuarto puesto en una de las carreras. Ya para el segundo año, se subió dos veces al podio, siendo la primera mujer en lograrlo en esa categoría. Quedó de sexta en el campeonato y llegaba un nuevo momento para expandir sus horizontes. Europa estaba a la vista.

Antes de eso, Tatiana volvió a reconocer ser víctima del machismo, ahora en Estados Unidos. “En pista, contra los hombres, creen que una mujer va a soltar antes el acelerador y los va a dejar pasar cuando ponían el carro al lado y por eso tuve dos accidentes. Es decir, yo soy otro piloto más, y eso no quería decir que tenía que levantar. Es difícil, mientras te ganas este respeto. Al ver que yo no iba a soltar, ya las siguientes veces me respetaban”.

Entre risas reconoció que la aventura fue muy radical. Era la primera vez que vivía sola y en su casa era muy consentida. Para su alimentación tuvo problemas, pues “no sabía ni cocinar una pasta”. Y la adaptación a una nueva cultura la golpeó en los primeros meses. Ya aclimatada a este ambiente, Tatiana emprendió su búsqueda de la mejor puesta a punto de su coche con las diferencias que tenía esta categoría con respecto a la Star Mazda.

“Tú tenías un límite de velocidad en la cabeza y de pronto en España vas el doble de rápido por la curva. En Europa te daban mucha más información de las llantas, cómo calentarlas y muchos detalles de esos que en Estados Unidos no los consideraban tanto. El nivel era más alto”, afirmó.

Pese a que Tatiana ve como un aprendizaje el primer año en la Fórmula 3 española, sus logros fueron importantes. Se hizo sentir en cada sobrepaso o cuando el ruido de su motor retumbaba en el oído de sus rivales. Ella siempre quiso más y tuvo discrepancias cuando se le felicitaba por estar en un octavo puesto. “No me digan que eso está bien porque yo quiero ganar. Siempre me trataban de inferior. Es porque tal vez ninguna mujer ha logrado estar al nivel para estar peleando los primeros puestos, y conmigo fue diferente”, señaló.

Solo duró en España un año. Sus buenos resultados la llevaron a correr en la Fórmula 3 europea y británica. No quería parar de seguir creciendo y las diferentes escuderías se interesaban más en ella. Los primeros meses le costaron, porque estuvo con el equipo, novato en ese entonces, Double R. Tuvo que esperar hasta el final de la temporada para poder inmiscuirse entre los grandes y, como pasó en la Star Mazda, fue la primera mujer en subir al podio. Luego pasó a Mücke Motorsports y ahí alcanzó 10 top 10 y un top 5. Se abrió las puertas en todo sentido.

Su nombre comenzó a rondar en la cabeza de varios directivos. Presentó pruebas con una escudería francesa en Abu Dabi para llegar al GP3, pero fue el interés del equipo británico Arden Internacional, encabezado por Christian Horner, director de Red Bull de la Fórmula 1, quien confió en el poderío de la colombiana, lo que terminó convenciendo a Tatiana para estar a dos pasos de su gran sueño.

“Va a ser un 2016 duro porque es mi primero en la GP3 y hay muchas cosas que aprender. Mi objetivo es estar dentro de los ocho primeros y a mitad de temporada estar en el podio. Digamos que los rivales son todos, pero primero quiero ganarles a mis compañeros y después nos preocupamos por los demás, porque por lo menos ellos tienen el mismo carro de uno”, dijo Calderón con un tono muy confiado.

“Estoy cerca y lejos al mismo tiempo de la Fórmula 1. He corrido contra Max Verstappen (actual corredor de la escudería Toro Rosso) y nunca sentí que no pudiera ganarle. Creo que estoy a un nivel muy alto. Mi mánager, Susie Wolff, me anima a que sí lo podemos conseguir”, volvió a afirmar con una voz elevada y llena de esperanza.

Su mentalidad de no darse por vencida, de ahora en adelante, la tomó de un comentario que le hizo Juan Pablo Montoya. El piloto del equipo Penske de la IndyCar analizó uno de los giros de Tatiana, en una prueba en Baréin, en el 2015, y detectó que un compañero de ella era más rápido en una curva y le dijo: “Vea, si ese man puede hacerlo, usted también. Vaya y hágalo”. Un consejo que le quedó para la vida, del que es su ídolo deportivo.

Ahora, a Tatiana le queda seguir demostrando su tesón en cada curva que tome, en todos sus sobrepasos para, siempre que pueda, ver a sus rivales desde su retrovisor y, de esa manera, acelerar a fondo rumbo a su sueño de ser la primera piloto oficial en correr en la Fórmula 1.

“Será un año importante y sé que puedo pelear por los primeros puestos. Quiero demostrar que una mujer puede competir de igual a igual con un hombre. Ojalá sea la primera que lo demuestre”, concluyó.

La GP3 será el nuevo desafío

La piloto colombiana Tatiana Calderón correrá en este 2016 con la escudería británica Arden Internacional, que se interesó en sus servicios luego de ver su gran actuación en el MRF Challenge de Fórmula 2.000.

La GP3 Series es un campeonato que se disputa desde el 2010 y está un escalón por debajo de la categoría de monoplazas GP2 Series y dos de la Fórmula 1. Corren las mismas pruebas de la Gran Carpa en el calendario europeo.

Esta temporada tendrá siete escuderías en competición, las cuales buscarán el título de la categoría, que pertenece al francés Esteban Ocon, ganador en el en 2015. ART Grand Prix, Trident, Arden International, Koiranen GP, Jenzer MotorSport, Campos Racing y Dams serán los equipos.

El sistema de puntuación es el siguiente: La ‘pole position’ para las carreras del sábado da cuatro puntos. En la carrera del sábado los diez primeros pilotos puntúan de la siguiente manera: 25-18-15-12-10-8-6-4-2-1. Por su parte, en la prueba del domingo solo suman los ocho primeros (15-12-10-8-6-4-2-1).

Entre los pilotos que han tenido un paso por el GP3 y luego han llegado a la Fórmula 1 se encuentran el mexicano Esteban Gutiérrez, el finlandés Valtteri Bottas y el español Carlos Sainz.

A falta de la confirmación de un corredor, Tatiana Calderón tendrá como compañeros de equipo a los australianos Jake Dennis y Jack Aitken.

En este primer año de aventura, la colombiana pretende adaptarse rápidamente a su carro y las pistas y, cumplida la mitad del calendario, poder luchar por los primeros puestos de la competición y obtener sus primeros podios en la GP3.

“El nivel de este año será muy alto. Hay varios pilotos que están mandados ahí de equipos de la Fórmula 1. McLaren, Ferrari y Lotus mandaron algunos de sus corredores”, reconoció Calderón.

 

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