Lunes, 20 de Mayo del 2024
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Ministro de Salud: Viene un mes largo, en el que veremos números elevados en las principales ciudades

Publicado el 03/08/20

Viene un mes largo, en el que veremos números elevados en las principales ciudades, y este aumento estaba contemplado desde el inicio”, dice Fernando Ruiz Gómez, ministro de Salud y Protección Social, al referirse al momento de aceleración por el que atraviesa la pandemia en el país.

Para este médico salubrista, que lleva en el cargo los mismos cinco meses que tiene la pandemia en Colombia, los números no son un fracaso para la estrategia, en razón a que frente a un hecho epidémico inédito y marcado por la incertidumbre, lo actuado ha impedido explosiones incontroladas y la imposibilidad de responder desde el campo sanitario de manera más o menos aceptable, para evitar colapsos.

Mientras el país supera los 10.105 fallecidos y 300.000 casos confirmados de covid-19, dice que ha puesto toda su experiencia en esta tarea y que si bien ha cometido errores, estos han sido más de expresión que de intención, siempre con la idea de corregir, bajo la premisa de que, como no tiene ninguna aspiración política, está al margen de consideraciones que no sean técnicas.

Ruiz Gómez, entre sus jornadas de más de 20 horas, abrió un espacio para hablar con EL TIEMPO sobre la evolución de la pandemia y lo que le espera al país en este sentido.

Para empezar, en sus palabras, ¿cómo va la pandemia en el país?

Evolucionando de una manera desigual. Por una parte, ciudades como Leticia, Cartagena y Barranquilla vienen mostrando un descenso sostenido y, aparentemente, ya superaron la peor parte, aunque no podemos descartar rebrotes. Por otra parte, ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Montería y Sincelejo están muy próximas al momento más difícil. Y, por otra, algo más de la mitad de los municipios no tienen afectación, o la tienen baja.

¿Esperaban los desenlaces que se están viendo actualmente?

Totalmente. Esa es la verdad, triste, pero realista de una pandemia. Todo nuestro esfuerzo ha estado orientado a evitar esa situación aterradora que mostraron los cálculos iniciales, que nos indicaban que a mediados de mayo habríamos tenido, de manera simultánea, 70.000 pacientes en unidades de cuidados intensivos. Eso no pasó. No pienso aplaudirme mientras haya familias enfrentando duelos. Pero no desconozcamos que estamos mejor de lo que pudo ser.

Hay un momento en las epidemias en que el crecimiento exponencial las vuelve incontrolables. La velocidad de contagio observada a finales de marzo nos pronosticaba una explosión a mediados de abril. La discusión sobre si el aislamiento obligatorio debió comenzar tres días antes o tres días después es irrelevante. La reactivación gradual se hizo, igualmente, en función de que el peor momento de la pandemia llegara cuando ya tuviéramos prácticamente concluido el proceso de expansión hospitalaria.

Si tuviéramos las mismas 5.300 camas en unidades de cuidados intensivos que teníamos al comienzo de la pandemia, el 20 de julio habríamos colapsado, incluso con aislamiento preventivo. Pero ese día ya teníamos más de 2.700 camas adicionales y disponibles, y hoy ya son más de 3.400 adicionales. Fuente: Eltiempo.com

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