El vicepresidente Angelino Garzón quiere convertir su estado de salud en un “debate político”. Así lo planteó este fin de semana en Valledupar, donde reiteró su deseo de ser recibido por el Senado y la Cámara de Representantes para que sea el Legislativo el que evalúe su condición física.

“Soy un hombre que cree en la democracia y por eso les estoy pidiendo al Senado y a la Cámara que me reciban en plenaria, que se dejen de discusiones estériles sobre si un médico me hace exámenes o no”, dijo Garzón en la clausura del Foro de Derechos Humanos y DIH en Valledupar.

Con un poco de dificultad para hablar, pero muy lúcido en su oratoria, el Vicepresidente aseguró que los servidores públicos son “seres humanos”, razón por la que le pidió al Congreso que lo reciba. “Que me escuche y abramos el debate político”, añadió.
También afirmó que a él lo eligieron Vicepresidente “no para conspirar contra el Presidente, sino para trabajar por la democracia y los derechos humanos”. Este, reiteró, “no es un problema médico, sino político”.
Sin embargo, para el Congreso, que la semana pasada ordenó practicarle exámenes médicos a Garzón -algo que él rehusó-, el asunto está clausurado.
“Esto no es un reality; es un tema serio, de carácter constitucional”, aseguró Roy Barreras, presidente del Senado.
Para el congresista, quien dijo que “serán otras las autoridades las que se encarguen de hacer cumplir la ley”, una “aparición mediática” de Garzón “no va a suplantar los exámenes a los que por ley se tiene que someter”.

Juan Lozano, senador de ‘la U’ y quien el año pasado presentó un proyecto para que los gobernantes se sometan a evaluaciones periódicas de su salud, resaltó que ese es un “asunto que interesa a todos los ciudadanos”.
Y enfatizó que la existencia de un mecanismo de esa naturaleza permitirá que en el futuro “no se preste a susceptibilidades de coyuntura, pues será una norma que a todos se tenga que aplicar”.
Esta semana, el proyecto iniciará el tercero de los cuatro debates que requiere para convertirse en ley.