“Presidente Chávez tomó decisiones sobre participación de Venezuela en la cumbre Celac”.

Aunque el titular, de la oficial Agencia Venezolana de Noticias, son palabras del canciller Elías Jaua que “rebotaron” prácticamente en los medios de comunicación nacionales, dejando claro que el país entero espera mucho menos que la presencia física del “comandante-Presidente”.
Espera cualquier manifestación de que está vivo y consciente tras un mes y medio de un silencio y distancia que a su gobierno cada vez le cuesta más mantener.
Además de Jaua, quien dijo haberse reunido con el mandatario el lunes en La Habana, el vicepresidente Nicolás Maduro ha destacado en sus últimos mensajes que el presidente Chávez está estabilizándose tras un postoperatorio “que nos ha llevado a etapas angustiantes”.
Pero ninguno de los voceros venezolanos fue tan entusiasta como el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien aseguró el martes que “el hermano comandante presidente Hugo Chávez ya está en fisioterapia para volver a su país”.
Uno de los indicativos de ese pronto regreso es la llegada hace tres días a Venezuela del ministro de Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza, esposo de Rosa Virginia Chávez (la hija mayor del Presidente) y quien estuvo en La Habana prácticamente los 46 días que lleva el mandatario en Cuba tras la cuarta operación que le practicó el 11 de diciembre para tratar el cáncer que padece.