El curioso caso ocurrió en San Carlos, municipio de la subregión del medio Sinú en Córdoba, donde los campesinos no encontraban explicación a la pérdida progresiva de sus aves de corral y marranos, animales que por arraigo cultural permanecen en los patios de las casas para ayudar en la manutención de los hogares.
Cansados de la situación un grupo de labriegos del pueblo determinaron indagar para esclarecer los hechos hasta que descubrieron que una robusta babilla salÃa del caño de Aguas Prietas y le hacÃa caserÃa a los animales para saciar su apetito.
El reptil, de dos metros de longitud, fue capturado por valientes pobladores de San Carlos y entregado a la PolicÃa de la localidad para que esta a su vez lo entregue a la Corporación Autónoma de los Valles del Sinú y San Jorge (CVS).
Los habitantes de San Carlos advierten que por milagro de Dios la babilla no atentó contra los niños que suelen bañarse en el caño cada tarde.