Más de 18.600 kilómetros de costa sobre el océano Pacífico constituyen para Colombia, México, Chile y Perú, integrantes de la Alianza Pacífico, una plataforma suficientemente amplia para acercarse al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec), un escenario de libre comercio que representa el 54,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y el 46 por ciento del comercio global.
Aunque el Gobierno colombiano insiste en señalar que no es un Tratado de Libre Comercio (TLC), sino un bloque de integración regional y un proceso que ha hecho énfasis en definir una institucionalidad, los expertos enfatizan en que las principales metas trazadas por el grupo son comerciales.
Comercio e integración, servicios y capitales, la posibilidad de integrar las bolsas de valores, facilitación para el tránsito migratorio de personas de negocios, compras públicas y agencias de promoción, hacen parte de los frentes de trabajo fijados por la Alianza, que concentra el 35 por ciento de la población de América Latina y el Caribe (210 millones de habitantes), y cuya tasa de crecimiento estimada para este año es de 4,7 por ciento.
Mañana en el Club Campestre de Cali, en la séptima Cumbre de la Alianza del Pacífico, los presidentes de México, Colombia, Chile y Perú, Enrique Peña Nieto, Juan Manuel Santos, Sebastián Piñera y Ollanta Humala, avanzarán en la agenda que busca desarrollar proyectos que les permita encadenarse como países para poder exportar al Asia, entre todos, con más eficiencia.
También se espera que se oficialice el ingreso de Costa Rica a la Alianza, luego de la firma del TLC con Colombia, y que se concrete la intención de Guatemala por engrosar el bloque de países.
En el encuentro también son esperados el presidente del gobierno español Mariano Rajoy, el primer ministro de Canadá Stephen Harper, y los presidentes de Costa Rica, Guatemala y Panamá Laura Chinchilla, Ricardo Martinelli y Otto Pérez. En calidad de observadores asistirán delegados oficiales de Uruguay, Australia, Japón y Nueva Zelanda.
La agenda del encuentro es complementada por el Encuentro Empresarial, al que asistirán unos 300 empresarios que conocerán de primera mano qué es la Alianza Pacífico y cómo se podrán integrar a ella.
Fortalezas y retos
El director del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario, Saúl Pineda Hoyos, destaca el liderazgo tomado por los cuatro países de la Alianza y su afán por jalonar un proceso de integración en América Latina, el cual empieza a generar interés en potenciales aliados.
“Es un bloque similar al mercado de Brasil y en el futuro representará un escenario geopolítico de tanta influencia como ese país”, indica el experto, quien sostiene que el país más interesado en impulsar esa integración es Colombia, por el rezago que observa frente a sus demás socios en la intención de participar del comercio con los países del Apec (China, Corea, Indonesia, Japón, entre otros).
Una visión similar tiene Gustavo Canavire Bacarreza, director del Centro de Investigaciones de Economía y Finanzas de la Universidad Eafit, quien resalta los pasos dados por los países con el mayor crecimiento en el subcontinente para conformar un bloque regional.
Entre los grandes retos, que sugieren los analistas para este bloque de países, figura el de impulsar un mayor intercambio económico, pues actualmente sostienen un flujo bajo, para un conjunto de naciones que representan el 27 por ciento del intercambio comercial de América Latina y El Caribe.
“Hay un potencial muy grande para crecer, y es necesario aprovechar los TLC suscritos entre ellos y así aumentar sus niveles de comercio e inversión, y sobre todo pensar en encadenamientos virtuosos para llegar al Asia Pacífico, en especial en las industrias automotriz, electrónica y de computadores, porque hoy más del 70 por ciento del intercambio con Asia Pacífico está circunscrito a materias primas, que poco empleo generan”, explica Pineda.
Para los académicos también es relevante el valor político de la integración, dado el momento de polarización que hay en Latinoamérica, pues de este modo se demostraría que la integración sirve para armar procesos de intercambio comercial e inversión sostenible, que tengan impacto en el empleo y la inclusión social y posicionarse como una opción de países con estabilidad macroeconómica y que al mismo tiempo tienen democracias sólidas, capaces de desarrollar tareas conjuntas en temas como la reducción de la pobreza, el mejoramiento de las condiciones de empleo y avanzar en temas comunes de seguridad, de afrontar el fenómeno de las drogas y cómo luchar contra ese flagelo.
Para Enrique Daza Gamba, director del Centro de Estudios del Trabajo (Cedetrabajo), la Alianza busca competir con otros bloques de países como el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), e insertar a la región en el contexto del libre comercio liderado por Estados Unidos y, en últimas, resucitar el Área de Libre Comercio de las Américas (Alca), que se impulsó en 1994.
Pineda asegura que el Alca es un asunto del pasado, puesto que a Estados Unidos, el gran impulsor de la idea, le falta una senda más activa con América Latina. “No es posible pensar en un esquema de libre comercio hemisférico, máxime en un ambiente de polarización como el actual, pero esta Alianza es una apuesta por la integración realista y en la que países con vocaciones similares pueden construir un proyecto conjunto y sería un Alca distinto que podría llamarse Zona de Libre Comercio en la Cuenca del Pacífico, en la que Estados Unidos e incluso Brasil, estarían interesados”.
A juicio de Canavire, pese a los avances de la Alianza, todavía están por verse cuáles serán las condiciones sobre las que se realizará esa integración, pues considera que no está claro el marco con el que se busca generar condiciones de crecimiento, desarrollo y competitividad de las economías que la conforman.
Más interesados
El cónsul honorario de México en Medellín, Antonio Picón Amaya, admite que si la intención de los países involucrados es alcanzar las economías del Apec, la tarea resulta imposible si lo intentaran individualmente.
“Lo que se requiere es una fuerza, una inercia y una oferta, sobre la que hemos trabajado en lo que en su momento fue la reunión de cancilleres Puebla-Panamá, y que más tarde fue el Proyecto Mesoamérica, en donde se definieron algunos puntos de actuación”, recuerda Picón Amaya.
Como parte de esas acciones, el cónsul enumera la presencia de Interconexión Eléctrica (ISA) en Centroamérica y la posible construcción de un canal interoceánico por parte de Nicaragua, que convertirían la región en un nuevo polo de desarrollo.
Lo que si está claro para Picón, es que en esta parte del mundo todos están mirando la posibilidad comercial del Pacífico y al presentarse un grupo con una mayor oferta y representatividad las oportunidades son mayores.
Por su parte, Oliva Díaz-Granados, directora de la Cámara Colombo Ecuatoriana de Industria y Comercio e Integración, comenta que “con esta Alianza Ecuador queda en un sánduche y si bien no participa directamente del bloque, si está interesado en que los logros le lleguen por la vía de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), de la que Colombia y Perú también hacen parte”.
El director del centro de Investigaciones de Economía y Finanzas de Eafit, apunta que Bolivia también tendría un interés por participar en la Alianza, pero la falta de costa así como el componente político del bloque es una limitante para ese país.
Pedro Pablo Kuczynski, exministro de Economía de Perú, considera que el bloque Pacífico da un paso que lo impulsa como un eje pensante en una estrategia que desde hace años se venía confeccionando y que fortalecerá a los integrantes de la Alianza para llegar juntos al mercado asiático.
“En el caso de Brasil, sus políticas son distintas a las de nosotros y no nos llevan a nada. Es un país que ha crecido lentamente, tiene que arreglar su sistema laboral que es demasiado rígido y sus políticas exportadoras son diferentes a las nuestras. Por eso esperamos consolidarnos como bloque, porque tenemos objetivos e ideales comunes. En el caso del mercado asiático, nosotros desde el Gobierno Fujimori empezamos a estrechar lazos comerciales con ese continente. Teníamos miedo a los chinos pero poco a poco rompimos los mitos y hasta ahora no hemos tenido inconvenientes, de hecho ellos nos compran la mayor parte del cobre. Por tanto, juntos llegaremos con solidez a este importante mercado mundial”, puntualiza.