Luego de nueve ciclos de diálogos —traducidos en seis meses de jornadas de trabajo en las que ambas delegaciones discutieron temas esenciales para el agro y el campesinado colombiano— seis puntos fueron los acordados: el acceso y uso de la tierra, que incluye tratar el tema de las tierras improductivas, la formalización de la propiedad, una frontera agrÃcola y la protección de zonas de reserva.
Además, programas de desarrollo con enfoque territorial, infraestructura y adecuación de tierras, desarrollo social direccionado a la salud, la educación, vivienda y erradicación de la pobreza. También se acordó el estÃmulo a la producción agropecuaria, a la economÃa solidaria con asistencia técnica, subsidios, créditos, generación de ingresos, mercadeo, formalización laboral, y como punto final, la búsqueda de polÃticas alimentarias y nutricionales.
Carlos Fernández Cossio, vocero garante de Cuba, expresó que este acuerdo firmado “es el inicio de transformaciones radicales de la realidad rural y agraria de Colombia con equidad y democracia. Está centrado en la gente, el pequeño productor, el acceso y distribución de tierras, la lucha contra la pobreza, el estÃmulo a la producción agropecuaria y la reactivación de la economÃa del campo”.
Los puntos acordados irán acompañados de una serie de acciones para lograr que se cumpla lo pactado entre ambas partes, como la formación y actualización del respectivo catastro, la protección de áreas de interés ambiental, la erradicación del hambre a través de un sistema de alimentación y nutrición.
La más importante, según lo pactado, la creación de un fondo de tierras para la paz, para que los campesinos que carezcan de tierras o tengan poca, puedan acceder a ella.
Conocido el acuerdo, el presidente Juan Manuel Santos expresó en su cuenta de Twitter: “celebramos, de veras, este paso fundamental en La Habana hacia un pleno acuerdo para poner fin a medio siglo de conflicto”.
El Jefe de Estado indicó que sus labores y la de los negociadores del Gobierno, es seguir trabajando con responsabilidad y prudencia para llegar al fin del conflicto.
Las voces de los gremios
Diversas voces de representantes de algunos gremios económicos del paÃs expresaron la importancia del avance con la firma del acuerdo para el desarrollo del campo.
Guillermo Botero Nieto, presidente nacional de Fenalco, celebró que se haya logrado este paso pero resaltó que es importante lo atinente a la seguridad alimentaria.
Sin embargo, el presidente de Fenalco expresó que hay que leer detenidamente el documento para saber qué se quiso decir con lo manifestado ayer en el comunicado conjunto en La Habana.
“Este punto agrario tiene seis subpuntos, esperamos que todos hayan quedado acordados”, precisó.
Gabriel Harry Hinestroza, empresario bananero y presidente de la junta directiva de la Cámara de Comercio de MedellÃn para Antioquia, indicó que es fundamental que una reforma agraria se dé con salud, educación y vivienda. Debe contener créditos dirigidos. Hinestroza afirmó que una polÃtica clara no se trata de regalar la tierra “porque si no se da más es un engaño, y ese fue el fracaso de la reforma agraria pasada de 1963 donde se dio tierra sin nada más, se encartó a la gente y no tenÃa con qué pagar los impuestos”.
Aseveró Harry Hinestroza que el Gobierno tiene que volver a pensar en almacenes de provisión agrÃcola y una entidad como fue el Idema “que le compre al campesino lo que produce y garantizar unos precios mÃnimos. Si eso no se hace asÃ, se repite la historia de 1963”.
Desde el gremio lechero, la posición del gerente de Colanta, Jenaro Pérez Gutiérrez, es que seguirán aportando a la paz con trabajo en el campo. “Tenemos que hacer entre todos un paÃs en que derrotemos el hambre y para eso es fundamental el campo que ha sido bastante olvidado en Colombia”.
La aprobación de este primer punto es una luz esperanzadora que Pérez Gutiérrez definió como una guÃa para que “se sigan cumpliendo los itinerarios para buscar la paz que todos queremos”, y enfatizó en que es difÃcil opinar sobre anuncios como el de ayer, en el que las generalidades marcaron la pauta y en el que la aplicación de lo acordado no marca una ruta para su realización.
Apoyo y rechazo
El que no cree en la negociación que Gobierno y Farc emprendieron desde el 2012, es José Félix Lafaurie Rivera. El presidente de Fedegán, quien siempre se ha mostrado detractor del proceso, expresó que en el anuncio lo que hay es una cantidad de expectativas que no se compadecen realmente con lo planteado ayer desde Cuba, e insistió en que la negociación tomó el camino equivocado y todo este proceso tiene más un tinte reeleccionista para el presidente Juan Manuel Santos.
Aseguró que en lo manifestado ayer no hay ningún descubrimiento: “lo que uno entiende es que ninguno de los negociadores del Gobierno conoce el sector rural, pero lo triste es que esa aceptación no se produce por cuenta de los que a diario estamos reclamando eso y vivimos del campo, sino por cuenta de un actor violento, narcotraficante y terrorista que por 50 años ha afectado el desarrollo rural”.
Las palabras de Humberto de la Calle representan para Lafaurie que el Gobierno reconoció la gran deuda social y económica del Estado colombiano con el sector rural.
En contravÃa a Lafaurie, el jefe único del Partido Liberal y representante a la Cámara, Simón Gaviria, expresó que la colectividad que él representa respaldan plenamente el proceso de paz. Dijo que el anuncio del acuerdo sobre el tema del agro colombiano se dio por la prudencia de ambas delegaciones.
De otro lado, el presidente del Senado, Roy Barreras, calificó este primer acuerdo como un gran paso hacia la paz, “un paso histórico e irreversible para el bien de Colombia”.
Ante el auge por el papel desempeñado por los colombianos en el Giro de Italia, Barreras equiparó este acuerdo a un premio de montaña superado y manifestó que “vendrán las etapas contrarreloj”.
Aunque el próximo ciclo de negociaciones iniciará el 11 de junio y se hablará de participación polÃtica, en el anuncio de ayer se dejó abierto un viso sobre el punto que se refiere a las vÃctimas, cuando Dag Nilander, vocero garante de Noruega, leyó que este acuerdo busca revertir “los efectos del conflicto y que se restituyan las vÃctimas del despojo y del desplazamiento forzado”.
Las dudas creadas por la falta de información comenzaron a despejarse con el anuncio de la firma del acuerdo del primer punto. El acuerdo con las Farc comienza a tener los pies en la tierra.