Desde La Habana, la guerrilla de las Farc negó cualquier tipo de infiltración en las manifestaciones que se adelantan en la zona del Catatumbo desde hace casi un mes.
El jefe guerrillero Jesús Santrich acusó al ministro del Interior, Fernando Carrillo, de estigmatizar las protestas sociales, al decir que los líderes campesinos hacen parte de las Farc o reciben ordenes de ese grupo insurgente.
“Para justificar la represión, usted señor Carrillo no puede acusar a los labriegos del Catatumbo y sus voceros de estar infiltrados o pertenecer a las Farc. No hay que estigmatizar, sino mirar a sus pobladores como lo que son: campesinos, gente humilde, que desde antes, mucho antes de iniciarse el proceso de La Habana, con justa agenda y con propia voz, han clamado pacíficamente por sus derechos conculcados”, señaló el vocero de la guerrilla al calificar de soberbia la actitud del ministro Carrillo.
El jefe guerrillero señaló que acepta la propuesta del gobierno de buscar una salida política sin hacer uso de las armas, pero advirtió que no se puede responder con balas a las protestas.
“Estamos de acuerdo en buscar las maneras de hacer política sin armas, pero no puede entonces el gobierno criminalizar y responder con balas a la protesta social”, puntualizó.
Este fin de semana, el ministro del Interior señaló que las Farc tratan de incidir en el proceso de paz de La Habana por medio de las protestas de campesinos en el Catatumbo que, desde el 10 de junio, mantiene bloqueadas las principales carreteras de esta región del noroeste de Colombia, fronteriza con Venezuela.
Los campesinos alzados reclaman que se suspenda la erradicación de cultivos ilícitos y se promuevan proyectos productivos, la implantación de una Zona de Reserva Campesina en la región y garantías de respeto a los Derechos Humanos.
Para el ministro, estas reivindicaciones coinciden con las formuladas por las Farc en la mesa de negociación que esta guerrilla y el Gobierno adelantan en La Habana desde noviembre de 2012.
El Gobierno reclamó el viernes que los campesinos abandonen las vías de hecho y los bloqueos de las carreteras para iniciar negociaciones con sus líderes y resolver así el conflicto en la región.
Desde que se iniciaron las protestas cuatro campesinos han muerto por disparos de la fuerza pública en diversas refriegas en Ocaña, uno de los focos del conflicto.