En la edificación, que data del siglo XVII (1637) se invirtieron 1.927 millones de pesos, incluidos los contratos de obra e interventoría. Se trabajó sobre un área de 1.366 metros cuadrados, con reforzamiento estructural y restauración. Esta labor es parte del Plan de Recuperación del Centro Histórico que adelanta el IDPC desde 2012.
“Es significativo lo que se hizo en la edificación. Entregamos la casa y además arribamos a 1.000 fachadas deslucidas en las carreras 2ª y 3ª. Las pintamos, pero las han vuelto a dañar con marcas de estudiantes y barras bravas. Usan tintas que penetran y esto lo hace complejo”, indicó María Eugenia Martínez, directora del instituto.
La recuperación de la edificación ha sido un trabajo de múltiples oficios. No solo trabajaron arquitectos e ingenieros, sino también restauradores que volvieron a dar lustre a la pintura mural de la capilla interior y el papel de colgadura, así como la carpintería en madera y la policromía más antiguas.