Después de 12 años, el Gobierno Nacional inauguró las obras de la doble calzada del Cruce de la Cordillera Central entre Cajamarca, en el Tolima, y Calarcá, en el Quindío, obras que son complementarias al Túnel de La Línea, que fue inaugurado hace un año.
El proyecto está conformado por 31 puentes, 25 túneles y 3 intercambiadores viales. La inversión total del circuito de obras ascendió a $2,9 billones, de los cuales el Gobierno del presidente Iván Duque destinó $620.000 millones, recursos con los que se adjudicaron tres nuevos contratos y se creó una gerencia especializada dentro del Instituto Nacional de Vías (Invías) para el control y seguimiento permanente a la ejecución contractual y para la toma de decisiones.
Asimismo, se elaboró un cronograma del proyecto y un sistema de control de actividades e inversiones.
El conjunto de obras consta de 15 túneles en el Tolima y 8 en Quindío, más los 8,6 kilómetros del Túnel de la Línea y su túnel interno de rescate (8,5 kilómetros). También, 16 puentes en Tolima y 15 en Quindío y los 3 intercambiadores viales.
La doble calzada está diseñada para que se transite a una velocidad de 60 kilómetros por hora, pero hay tramos donde será permitido circular de 30 a 40 kilómetros debido a las pendientes y complejidades del terreno.
El cierre de la vía La Línea terminó este lunes 22 de noviembre a las 8:00 p.m. A partir de esa hora todos los conductores pudieron transitar por el carreteable.
La Línea, la más importante
El Túnel de La Línea es la obra más representativa e importante del cruce y por ella han transitado más de 1.500.000 automotores de transporte liviano y de carga.
Asimismo, el túnel de rescate ha adquirido gran relevancia en la ingeniería colombiana, pues es la única infraestructura con este propósito que tiene el país. Y como se encuentra a 900 metros de profundidad, sirvió como piloto para conocer con mayor precisión las complejidades técnicas y geológicas de la montaña.
Las obras adelantadas desde 2018 dentro de este túnel se enfocaron en estabilizar ocho fallas geológicas, entre ellas la conocida como La Soledad, considerada la segunda de mayor complejidad geológica y técnica en la construcción de túneles en el mundo.
Durante la ejecución del Cruce de la Cordillera Central, a través del Invías se sembraron más de 2,6 millones de árboles, se recuperaron 553 hectáreas de bosques, y se adquirieron 303 hectáreas para convertirlas en zonas de reserva forestal.
Visión presidencial
Para el presidente Iván Duque, el Cruce de la Cordillera Central es la “demostración de que la perseverancia, el ingenio, la tenacidad y el optimismo definen a nuestro país, definen lo que es Colombia” y “si a alguien le queda duda de que Colombia puede adaptarse a la adversidad y vencer los obstáculos, hoy tienen su respuesta”.
Con estas palabras, el mandatario entregó la megaobra, un proyecto que, añadió, “era un anhelo que, de alguna manera, tenía un elemento en la mitad y era ¿cuándo será?, y algunos se preguntaban si era posible”.
Durante su intervención, luego de un recorrido por la obra, el presidente mencionó que “hay algo muy importante para destacar: el optimismo, porque el optimismo nos tiene que definir a nosotros como nación: este día es el más grande triunfo del optimismo”.
Con la terminación de este proyecto se conquistó una visión de país que data desde 1902, cuando se habló por primera vez de construir un túnel que permitiera atravesar la montaña y, de esa manera, conectar al centro del país con el Océano Pacífico.
Hubo múltiples inconvenientes en el camino, inclusive, las obras llegaron a estar abandonadas durante noviembre de 2016.
El Ministerio de Transporte recordó que la obra fue recibida con un avance del 54% y, tras culminarla, habrá más competitividad para el movimiento de carga terrestre.
Fuente: El Colombiano.
