Martes, 30 de Abril del 2024
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A Los seis meses del segundo holocausto

Publicado el 07/04/24

El 7 de octubre comandos de Hamás se colaron desde la Franja de Gaza en Israel, y en una mañana mataron, uno a uno, a 1.200 israelíes y aún tienen secuestrados a 133.

Bogotá, 07 de abril del 2024.– No hay suficientes palabras para expresar lo que padecieron los israelíes. Y cuando intento hacerlo se me aparece un fantasma mayor: ¿cómo hablar del dolor del pueblo judío cuando, del otro lado, a menos de un kilómetro de donde estoy parada en este momento, los palestinos han vivido ese sufrimiento una y otra vez en los últimos 180 días?

Uno puede apagar el computador y no decir nada. Pero ¿cómo guardar silencio luego de recorrer a Israel, oír las historias de las víctimas y los gritos silenciosos que piden ayuda? ¿Cómo voltear los ojos para otro lado ante esta nueva versión del Holocausto? ¿No es también cruel que el mundo trate de acallar el dolor de los israelíes?

“¡Por favor, cuéntenle al mundo lo que han visto!”, nos imploraba Daniel Garcovich, un chileno, bajito y menudo, que se vino hace 20 años buscando el sueño israelí. Se le nota que hace un esfuerzo para no llorar más la muerte de su única hija, Dafne, de 41 años. Se le ve angustiado porque siente que el mundo no ha entendido lo que a ellos les pasó.

Él es el jefe de bomberos en la zona de frontera entre Israel y la Franja de Gaza. “Nunca habíamos visto algo de esta magnitud. Seis horas de ataques con misiles. Era una sola cortina de misiles. Aquí, en este punto, aterrizaron en parapentes. Mataron a los militares y luego fueron por la gente. Esto fue un segundo holocausto”.

Daniel todavía tiene en el chat de su celular las últimas palabras que recibió de su hija: “Socorro, socorro, socorro”. Luego no supo más de ella. Pensó que estaba secuestrada, como muchos otros, en los túneles de la Franja de Gaza. Pero, cinco días después, mientras dirigía la recuperación de casas incendiadas, vía streaming, les pidió a unos voluntarios levantar los escombros del techo que se había desplomado y al levantarlos se dio cuenta de que debajo yacían dos cuerpos calcinados y abrazados. Eran los de su hija Dafne y su esposo, el español Iván Illarramendi. Habían sido consumidos a 800 grados centígrados.

El bombero, como tratando de expiar alguna culpa que lo atormenta, repite una y otra vez sin que nadie le pregunte: “No pudimos hacer nada. Teníamos carros de bomberos y no pudimos utilizarlos, porque el primero de mis hombres que salió de su casa fue eliminado. Ese día perdimos a seis bomberos”.

Dani nos habla desde un enorme campo abierto donde se ven dos filas infinitas de carros hechos chatarra. Los vehículos en los que trataron de huir cientos de jóvenes que estaban en el festival de música Nova, a escasos dos kilómetros de distancia de la Franja de Gaza. En medio del desconcierto, todos tratando de huir a las balas y a la muerte, se armó un trancón imposible de desenredar. Aquí donde estamos parados los terroristas llegaron y mataron uno a uno a 367 de los asistentes al concierto.

El presidente de Israel, Isaac Herzog, en una charla con periodistas, le advierte a América Latina: “Estamos enfrentando un imperio del mal, que empieza en Teherán, el cual busca básicamente tomar el control del medio oriente en su totalidad. Teherán, como imperio trabaja sin descanso para desestabilizar los países, en Latinoamérica, tiene bases fuertes”.

El significado de fondo

Si bien para cualquier país un ataque como el del 7 de octubre lo sacude desde lo más profundo, en el caso de Israel, además de eso significó un golpe certero a su razón de ser y existir.

El director del Museo del Holocausto en Israel, Dani Dayan, lo explica de la siguiente manera: “Para nosotros no tener un Estado no es lo mismo que para cualquier otro pueblo” y cuenta la historia del barco San Luis que el 13 de mayo de 1939 zarpó de Hamburgo (Alemania) con 930 judíos a bordo con destino a Cuba para escapar del exterminio que se venía. Ningún país los recibió, ni Cuba, ni Estados Unidos, ni Canadá. Les tocó devolverse para Europa, y allí se repartieron en varios países. De los pasajeros rechazados, 254 fueron asesinados en el Holocausto. Por eso, dice Dayan, necesitan una tierra para que no les vuelvan a negar la entrada.

Y con ese mismo espíritu, decenas de miles de israelíes atendieron el llamado para defender a su país luego de los ataques del 7 de octubre. En el norte de Israel, al lado del río Jordán donde San Juan bautizó a Jesús, nos encontramos con tres reservistas de mediana edad, entre bonachones y fuertemente armados: los tres habían dejado sus quehaceres para ponerse el uniforme del Ejército, el uno dejó botado un restaurante que estaba montando en Alemania, el otro estaba entrenando a un equipo de Rugby y el tercero era vigilante en el pueblo.

En la calle se ven jóvenes de todo tipo cargando fusiles. Para ellos pareciera ser un elemento de trabajo. Y no hay distinción alguna: en enero, el hijo del ministro Israelí, Gadi Einsenkot fue asesinado en el norte de Gaza mientras servía al Ejército, tenía 25 años.

Sin duda, el asalto del grupo Hamas contra Israel del 7 de octubre ha desatado una guerra de la cual aún no se sabe cómo va a salir de maltrecho oriente medio y el planeta entero.

*Este reportaje fue hecho gracias a una invitación de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia y del Gobierno de Israel.

Fuente:El Colombiano



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