La expulsión de dos diplomáticos rusos de Alemania es la respuesta del Gobierno a la nula cooperación de Moscú en el esclarecimiento del asesinato que conmocionaba BerlÃn el pasado mes de agosto. A plena luz del dÃa y en el centro de la ciudad, a tiros, fue asesinado un georgiano perteneciente a la minorÃa chechena y que habÃa luchado en la guerra de Chechenia al lado de los rebeldes y posteriormente formó parte de las fuerzas de seguridad georgianas. Su asesinato habrÃa sido un encargo, según la fisclalÃa, «por cuenta de entidades estatales de la Federación Rusa o por cuenta de la República autónoma Chechena». El autor, inicialmente identificado en medios rusos como VadÃm Sokolov, pero que según el portal de investigación The Bellingcat se llama realmente VladÃmir Krásikov y estarÃa vinculado a otro asesinato muy parecido cometido en 2013 en Moscú, permanece encarcelado en BerlÃn. Parece ser solamente un mercenario y para llegar al fondo del asunto se está pidiendo colaboración de alto rango y no hay respuesta, de manera que BerlÃn expulsa a dos diplomáticos rusos y advierte que serán tomadas «otras medidas» si la investigación no avanza.
Los dos diplomáticos rusos son declarados «non gratae con efecto inmediato», según informa un comunicado del Ministerio de Exteriores, como reacción a la actitud del gobierno de Moscú, que no está cooperando de manera «suficiente» en la investigación. Este anuncio tiene lugar tras la decisión el miércoles de la fiscalÃa federal alemana, competente en materia de espionaje, de hacerse con el caso argumentando un «contexto polÃtico». El un georgiano de 40 años e identificado primero como Zelimkhan Khangochvili, fue asesinado de tres balazos con un arma con silenciador en el céntrico parque Klein Tiergarten. Varios testigos de los hechos hablaron de una «ejecución» y el sospechoso detenido un ruso detenido pocos minutos después del tiroteo y gracias a las numerosas cámaras de seguridad que vigilan el parque, sigue encarcelado en BerlÃn y se mantiene en silencio.
La justicia alemana considera que existen «sospechas firmes» de que la vÃctima fue asesinada por un ciudadano ruso identificado como Vadim K., alias Vadim S. Existen asimismo «indicios suficientes» de que el encargo procedÃa de la Federación Rusa o de la república chechena. Desde el Kremlin, sin embargo, se ha negado cualquier vÃnculo del Estado ruso con el asesinato y calificado de «absolutamente infundadas» las acusaciones publicadas por medios de prensa alemanes.